2. La Fiesta

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Capítulo 2 "La Fiesta"

-¿Adónde iremos? ¿A un club? -pregunté, poniéndome en medio de los dos asientos delanteros.

Ashley, quien estaba en el asiento del copiloto, se volteó hacia mí, sonriendo. Después de darle un trago a la lata de cerveza, dijo: -Le darás gracias a dios el resto de tu vida por el lugar al que te llevaremos -sonrió, enseñándome sus dientes que se estaban volviendo amarillentos por la cerveza.

-Es un club que está con madre -dijo CC-. La primera vez nos llevó Juliet Simms -paró de hablar, para maldecir a un tipo que se había atravesado en el camino-. Es como un lugar en donde se juntan bandas de rock de varias universidades y tocan, pero es la ley.

-Ya lo han clausurado varias veces -interviene Ashley-. La mayoría de los jóvenes que asisten son menores de edad, pero hay cerveza por todos lados y además, usualmente se trafica drogas en backstage. La policía ha cerrado el lugar como siete veces -se ríe.

-Y se han estado moviendo varias veces, son un punto rojo en la comisaría -se encoge de hombros, CC.

-Pero nunca te arrepentirás de haber dicho que sí a estos papitos -Ashley dice.

Les sonrío, nerviosa por llegar. Aún siento algo caliente que me recorre todo el cuerpo, desde mi cabeza hasta cada uno de los dedos de mis pies. Quiero saltar, brincar, gritar, bailar, dar volteretas y comer barbacoa, todo al mismo tiempo.

El camino restante, dejo que mi cabeza salga de la ventana, abriendo la boca, tragando todo el aire posible. La música que sale del estéreo está a todo volumen que casi perfora mis oídos. Grito, y mi voz se va con el viento.

De esto se trata la vida. De tomar riesgos, quebrantar las reglas, disfrutar de los placeres que la noche te obsequia, de escuchar música hasta que tus oídos sangren, de respirar aire fresco, de tomar grandes proporciones de cerveza, de gritar y que tu grito se pierda en la oscuridad, de mirar hacia arriba y tratar de contar todas las estrellas posibles antes de que pierdas la cuenta y vuelvas a empezar a contar, de ver anuncios y burlarse de lo estúpidos que suenan, de levantar tus brazos y agitarlos hasta que te duelan.

La vida se trata de vivir el ahora y disfrutarlo, porque el mañana llegará y te aplastará.

Veo que nos alejamos de la ciudad y mi alrededor comienza a cambiar. Hay más árboles frondosos y cada vez hay menos edificios a los colaterales de la carretera. La noche nos traga, dejándonos con la luna y las luces de la camioneta como única luz existente.

Ashley decide bajarle un poco a la canción, y podemos escuchar la música de la noche: el viento golpeando contra los árboles, las ramas esqueléticas que nos susurran los chismes más importantes del día, los animales nocturnos que ululan a nuestras espaldas, el lejano sonido del agua corriendo por un lago o algún manantial.

CC disminuye la velocidad y de pronto nos encontramos frente a una vieja cabaña grande. Se pueden apreciar las luces que salen de la cabaña, como relámpagos en un día lluvioso, y la música se escucha distorsionada desde donde estamos.

Nos bajamos de la camioneta. Voy detrás de Ashley, mientras que CC pasa un brazo por mis hombros, hablando de su novia. En realidad no estoy escuchando nada, estoy concentrada en lo malditamente ajustados que están los leggins de leopardo que Ashley está usando en este momento. Mierda, hasta ya se me cortó la circulación de tan sólo observarlos.

Nos acercamos a la entrada, en donde hay tres gorilas gigantes, con sus brazos cruzados sobre sus pechos grandes y peludos. Se cercioran de que no traigamos navajas u objetos filosos y después nos dan el pase.

La cabaña es aún más grande por adentro. Hay tanta gente que siento que no puedo moverme, el sudor me envuelve como una ligera capa de nieve. Todos mueven sus caderas y frotan sus melenas, arrebatándose latas de cerveza y empujándose hombro contra hombro. Un escenario se prolonga de lado a lado, y una banda se encuentra tocando. El vocalista tiene la voz grave y rasposa, haciendo de mis oídos el cielo en la tierra. Es muy buena música, no como la "moderna" de hoy con todos esos sonidos artificiales que salen de una máquina de quinta.

Saviour - Andy BiersackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora