Prólogo

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Un ruido se escucha, parece que algo se ha caido en el piso de abajo, algo de cristal. Tal vez sea un tarro.

Un grito, un grito de mujer, de su madre. Grita alto y claro, atemorizada, como si su vida dependiera de ello, y tal vez, así sea.

Llantos, se escuchan llantos de la misma mujer, cada vez mas fuerte, hasta que se despierta.

Baja rapidamente las escaleras hasta llegar al lugar procedente de los gritos.

Antes de que pueda entrar a la cocina los gritos, al igual que el llanto, se detienen y son sustituidos por el sonido de una pistola.

Ella obsera la escena horrorizada.

Su madre yacía en el suelo, ensangrentada

Su rostro expresaba terror

Sus mejillas húmedas por haber llorado

Sus ojos estaban abiertos, llenos de lágrimas que no pudo derramar, y que jamás lo hará, mirando a la nada, sin brillo, sin vida.

Un charco de un líquido carmín empezaba a formarse a su alrededor.

A unos centímetros de la mujer, un hombre desconocido.

Se veía enfadado, muy enfadado.

Su cara estaba llena de arañazos, su mandíbula apretada, sus músculos tensos y su respiración pesada

En su mano derecha una pistola, una pistola que ahora apuntaba hacia ella.

Y de repente, todo se tornó negro.
Lo raro es que no se escuchó disparo alguno

Cuando el Sol se apagaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora