|Capítulo 1|

29 1 0
                                    

~Noticia y noche de pijamas~

Ese día presentí que nada bueno iba a pasar. Y acerté.

Hacía unos cuántos meses que mis padres actuaban raros conmigo, como si se sintieran culpables. Lo podía notar.
Pasaba algo y estaba dispuesta a saberlo.

Lo que no pensé es que me arrepentiría de haberlo descubierto.

-Mamá, papá, ¿qué pasa? Hace tiempo que estáis raros. Os noto... Diferentes -me lancé a preguntarles. Ellos se miraron entre sí nerviosos.

-Cariño, tenemos que hablarte de algo...-¿Cómo?

-Oh no, no iréis a... -empecé a sacar conclusiones precipitadas. Soy algo paranoica a veces.

Negaron con la cabeza.

-Es algo difícil de explicar -a mi madre le tembló el labio, cosa que sólo pasaba cuando estaba muy pero que muy nerviosa o preocupada.

Me senté en la butaca del salón y les miré esperando a que hablaran.

-Verás... -papá se sentó con mamá en el sofá y empezó a hablar vacilante, como si no supiera qué decir -. Hace unos meses, vino a la empresa en la que trabajo un hombre importante con su hijo, a hablar de negocios con mi jefe... -hizo una pausa, en la cual me miró y le insistí impaciente con la mirada-. Pasaron a mi despacho para dejarme un encargo importante y vieron tu foto en la mesa de mi despacho.

-Vale... ¿Y? -seguía cruzada de brazos alzando una ceja, insistente.

-Al día siguiente volvieron para seguir con una reunión y pidieron hablar conmigo. Y... Bueno, se ve que me propusieron algo: casarte con su hijo a cambio de dinero.

¿He escuchado bien?

-Perdona papá, creo que no lo he oído bien... ¿Acabas de...? ¿Acabas de decir en pocas palabras que me has vendido? Así, sin más. Pero si tienes trabajo. ¡Y cobras! ¿Cómo es posible?

-Me despidieron de él, tras un accidente en el cual no estaba involucrado. Por eso a partir de ahora necesitamos el dinero.

Cinco minutos de silencio hasta que hablé.

-Es una broma ¿no? Por favor, decidme que estáis de broma -al ver las caras de mis padres me di cuenta de que no era así-. ¿¡QUÉ!? No puedo creer que esto sea verdad. ¡Me habéis vendido, por dinero! -repetí con los ojos como platos. Crucé mis brazos y los miré indignada.

-No sabía qué otra cosa hacer. Era esto o quedarnos los tres en la calle. Annie debes entenderlo. De la otra manera habría sido peor para todos. Tú eras nuestra única salida.

Todo volvió a quedarse en silencio. A causa de los nervios que me había provocado todo esto me mordí el labio diversas veces y daba golpecitos repetidamente con la punta del pie en el suelo.

-No esperéis que os perdone por esto.

Subí a mi habitación y cogí el movil y una chaqueta. Ya era de noche pero me daba igual, pensaba dar una vuelta y despejar mis pensamientos. Estaba demasiado alterada como para estar en el mismo lugar que mis padres sin tener ganas de ahogarlos en un charco.

Marqué el número de mi mejor amiga.

-Annie. ¿Cómo es que llamas a estas horas? ¿Pasó algo? -por algo somos mejores amigas. Aunque no digamos nada ya sabemos si nos pasa algo o no.

-Sí. Voy a tu casa ahora. ¿Crees que podría quedarme a dormir esta noche?

-Claro, lo que necesites. Te espero -y colgó.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 11, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Matrimonio... ¿¡Concertado!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora