30

48 5 0
                                    

Te fuiste,
y nadie me defendió.

Era yo misma siempre,
pero al tú irte, me perdí.

Me gritaban,
porque yo encontré refugio en las nubes y no en el pizarrón.

Me decían muda,
hasta a psicología tuve que ir.

Nada podía conmigo,
ni decirme cosas como:
¿lo extrañas?
¿por qué no hablas?
¿cada cuánto te llama?

Eso solo empeoraba,
no ayudaba,
y yo ya estaba agotada.

-Miel.

-Tu hijaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora