Alguna vez...

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Alguna vez te has sentido solo? No hablo de la soledad que uno siente cuando no hay nadie a su alrededor, o de la que se siente cuando tu mejor amigo no está en la fiesta contigo. Hablo de la soledad que uno siente cuando no tiene con quien hablar, de que por más que esté rodeado de personas, se sigue sintiendo solo. De la
soledad que sientes cuando nadie te comprende, cuando nadie te escucha, aunque quizá si lo hagan, pero tu tienes miedo y simplemente te abstraes. Te quejas de no tener a nadie, pero no sabes si realmente quieres a alguien. Te encierras en tu mundo, dices estar bien, cuando sabes que no lo estás. Dices haber dejado de hacer aquello que solías hacer esas noches frías de invierno cuando nadie lo notaba.
Dices estar bien solo, y tratas de convencerte a tí mismo con esa frase, cuando sabes que no es cierto y que indirectamente pides ayuda. Lo haces y tú no te das cuenta. Te ofrecen ayuda, y de nuevo te abstraes, de nuevo dices estar bien, y una vez que los convenciste de esto, empiezas de nuevo. De nuevo ofrecen ayuda, pero tu te cierras...
Simplemente tienes miedo, miedo de que no reaccionen como tú lo esperas , miedo a que no te oigan, miedo a que no comprendan, a que te juzguen, a que lo tomen como un juego. Por eso prefieres callar, te ahogas en tus propios sentimientos, pero prefieres que queden allí. Te contienes y luego explotas...
Lo has contado! Has dejado que alguien te ayude. Pero tú tenías razón. Te han fallado, no han oído, no han callado.
Con el tiempo vas curando, vas mejorando. O al menos eso crees.
Te has convencido a ti de estar bien, has convencido al resto de estarlo. Pero adivina qué! Te has engañado a ti mismo, has convencido al resto y les has mentido. Y no has sido el único que se ha dado cuenta. Y todo comienza de nuevo, ya no confías en nadie, aquello que prometiste no hacer, resulta ser tu única salida ahora.
Lo has pensado, lo has vuelto a pensar, cada vez más intensamente, cada vez el deseo se vuelve más fuerte y tú más débil.
Cada día imaginas cómo sería el mundo sin ti. No lo imaginas lleno de tristeza y culpa, al contrario, te imaginas uno lleno de felicidad.
Crees que todo lo malo que sucede es tu culpa, te tiras abajo, intentas levantarte, pero es inútil. Te ha vencido! Y tú has perdido de nuevo.
Alguna vez lo has pensado? Alguna vez realmente pensaste en que a nadie le importas? En que nadie se da cuenta si estás o no? Que a veces hablas en vano?
Alguna vez has pensado en que si tú te fueras nadie le contaría a otra persona acerca de ti o de lo mucho que te extraña? De que nada cambiaría? De que todo sería mejor?
Dejarías de ser la molestia de todo el mundo. Dejarías de ser la rara de tu familia, la que no sirve para nada en tu casa, la colgada de tu "grupo de amigos", la fracasada que no puede lograr ninguna de sus metas.
Alguna vez lo has  pensado?
Lo has hecho. Pero tienes miedo. Y no le cuentas a nadie porque te gusta, te gusta verte sufrir, te gusta estar solo. Simplemente necesitas aferrarte a algo, descargarte. Y ya que sabes que no puedes confiar en nadie, te abstienes a la idea de hacerte daño, de verte sufrir; y por más raro que sea, te gusta.., te encanta dañarte imaginándote cosas que sabes que te hacen mal.
Simplemente piénsalo!
Alguna vez pensaste en que quizás haya otra salida?
No, no lo has hecho...

Un simple sentimiento. O quizá una carta de despedida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora