Capitulo II

53 1 0
                                    

-¡Lucia! A tu cama inmediatamente. Deja al abuelo descansar- Clama Luciano un tanto molesto.

-Pero papi, yo quiero quedarme con el abuelo- La pequeña comienza a llorar despacito. Eso me partió el corazón.

-Pequeña Lu- intento calmarla- creo que es momento de que vayas a descansar. Se ha hecho tarde. Si quieres mañana nos sentamos en la biblioteca y sigo contando esta hermosa historia-

-Está bien- deposita un beso en mi frente- te quiero mucho abuelo. Sueña con los angelitos- se baja de mi cama, y sus piecitos crean una melodía en las tablas del piso.

-Papá- Dice Luciano entre bostezos- ¿Haz tomado tu medicamento?-

-Si hijo mio, ya son parte de mi vejez-

-Genial, buenas noches. Descansa-
La puerta de mi habitación se cierra despacio.

Intento poder conciliar el sueño.

Me encuentro aquí, en esta habitación acompañado con el sonido del reloj retumbando en cada rincón de esta.

Los músculos de mis brazos se contraen de forma rápida.
Mis piernas se acalambran fuertemente.
Me quitan la respiración y me hacen sollozar en mi interior. No quiero gritar, no quiero llorar de dolor. Mi familia está durmiendo y no quiero molestarlos en su descanso.

Con dificultad comienzo a masajear la zona.

-Despacio.

-Me duele.

-Debieras tomarte los medicamentos, tu siempre tan desobediente. Trata de calmarte y respirar.

Respiro profundamente y el dolor se ha calmado.

-¿Estas mejor?

-Si un poco mejor.

- Esta bien, ahora descansa mientras sigues durmiendo.

-Pero, si no he logrado dormir nada.

-Estas durmiendo querido viejo- ríe.

-No, no lo estoy.

-Sigue durmiendo, como lo haces- Su voz comienza a alejarse.

-No, porfavor no.

-Duerme...

Salto de golpe, y el sonido del reloj rebota en mi oídos. Mi pecho acelerado. Mi boca seca.

Pasó de nuevo.

Ciegamente enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora