Capitulo 66

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El olor a alcohol me invadió las fosas nasales y casi

llegó hasta mi garganta, haciéndome arrugar la nariz y

carraspear. Comencé a abrir los ojos poco a divisé una

silueta junto a mí.

-Harry –susurré. Pero la voz que respondió a mi

llamado no fue la misma que había escuchado antes.

-¿Ya estás bien, ______?

Me tañé los ojos y luego parpadeé repetidas veces

para aclarar mi vista. Jesse tenía un algodón en su

mano izquierda y la mirada bien puesta en cualquier

cambio en mi expresión.

-¿Dónde estoy? –pregunté, mirando a mi alrededor,

pero al instante hubo otra pregunta más importante y

volví a pasar la mirada por el lugar, pero esta vez con

desesperación-. ¿Dónde está Harry?

-Tranquilízate, dime que estás mejor –insistió Jesse-.

Estás en la parte trasera del salón.

-¡Estoy bien! ¿Dónde está Harry? –el lugar estaba más

oscuro que alumbrado, pero lo suficientemente claro

como para examinar cada rincón.

La boca comenzó a temblarme con un “No” inquieto en

los labios por temor a que todo hubiese sido sólo una

alucinación en mi cabeza.

Tomé a Jesse del cuello de su camisa, inclinándome

hacía él y percatándome de que estaba recostada

sobre un sofá viejo con olor a humedad.

-¿Dónde está Harry? –casi grité, desesperada,

creyendo que me estaba volviendo loca, si es que aun

no lo estaba.

El silencio de Jesse me hizo pensar lo peor y sentí que

el corazón se me encogía acongojado en el pecho.

-El está… está hablando con una chica, justo afuera de

la habitación –dijo y los ojos se me abrieron como

platos. Mi corazón le ganó al pensamiento en mi

cabeza y revivió con estruendosos latidos golpeando

contra mis costillas.

Me levanté del sofá, como impulsada de éste e ignoré

el lacónico mareo que me sucumbió la cabeza. Caminé

agitEdwardente hasta la puerta del lugar y estando

entre abierta logré ver lo que mi corazón pedía a gritos

volver a sentir. Reconocería aquella espalda ancha

entre millones y no dudé en salir a su encuentro, pero

el nombre que pronunció me congeló los pies en el

mismo sitio sin músculo movible alguno; trayéndome a

la memoria el segundo antes de desmayarme.

Manual de Lo Prohibido [Harry & Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora