14 de febrero de 2003

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¿Por que estaba vestida cómo un fenómeno de circo? Ah claro, el baile de bienvenida de mi escuela. No me había entusiasmado jamás por los eventos de mi escuela hasta ahora y sabía que todo eso era gracias a que Josh benett le había dicho a una amiga de mi hermana que estaba interesado en mi.
El era todo lo que una chica podía soñar y hasta más, su cabello dorado y sus ojos avellana lo convertían en el príncipe azul de toda las chicas de la escuela. Al parecer el tenía una debilidad por las pelirrojas, y por primera vez, desde que había nacido, yo agradecía a mis padres tener el cabello rojizo junto con la piel Blanca llena de las mismas pecas que siempre me habían causado infelicidad, para Josh todo eso parecía ser adorable por lo que estaba bien fingir que me agradaban. Mire mi reflejo frente al espejo y solté una carcajada sin gracia, mi hermana había escogido un vestido "Apropiado" para mi edad lo que me hacía ver como una zanahoria, ella no entendía que el naranja y el rojo no podían convivir juntos bajo ninguna circunstancia. No podía quejarme, mi madre había condicionado mi salida y el precio que debía de pagar para poder obtener mi primer beso era dejar que los malos gustos de mi hermana me vistieran.

.- Luces hermosa.- Comentó mi hermana a mis espaldas, yo hice una mueca y negué.

.- Estoy espantosa Amy, ¿No hay otra cosa que pueda usar?.- Inquiri con esperanza de que ella tuviese compasión sin embargo eso no paso, en cambio se acercó y me dio la vuelta hasta quedar frente mi reflejo.

.- Eres hermosa Isabella, no tienes porque mostrar mucha piel para que ese chico se fije en ti. Algún día conocerás al hombre de tu vida, a él no le importara que estes desaliñada, preferira verte en todas tus formas, incluso vestida con una bolsa de papas te va a escoger por encima de cualquiera.- Mi hermana tomó mi cabello lo acomodo detrás señalando el collar que se acomodaban en mi cuello.- Recuerda que la abuela siempre nos dijo que el corazón jamás se equivoca.-

Mire el rostro de mi hermana y sonreí, ella tenía razón, si Josh estaba interesado en mi me encontraría hermosa incluso vestida como un vegetal.

.- Gracias Amy.- Ella asintió y beso mi rostro.

Mi madre nos espero en la sala con una cámara fotográfica, puse mis ojos en blanco y tape mi espantoso rostro lleno de granos y falso maquillaje.

.- Mama para.- Ordene intentando quitarle la cámara, ella soltó una risa y bajo mi mano.

.- Vamos Bella, sonríe.- Solté un gruñido y Tape mi rostro de nuevo. Odiaba mi sonrisa de metal por los brakets y me molestaba que me llamarán bella.

.- Dejala Mama, tenemos que irnos.- Musito Amy tomando mi mano, mi madre continuó con su espíritu paparazzi mientras salíamos por la puerta Blanca que nos conectaba con el mundo Real.

Subí al auto blanco de Amy y me acomode en el asiento del copiloto sonriendo al sentir el olor a hierbabuena que se desprendía de los rincones, apreté el cinturón de seguridad y encendí el aire para así no sudar mi extravagante rostro lleno de pintura. Amy se subió y arrancó pocos minutos después.

.- ¿Que hay de especial esta noche? No creas que no me he dado cuenta.- comentó mi rubia hermana sacando mi cabeza del mundo de fantasía de Isabella. La mire y una sonrisa se dibujó en mis labios.

.- Te va a parecer tonto.- Admiti rascando mi cabeza, ella bufo y dejó salir una carcajada.

.- Me encanta lo tonto.- Baje la mirada y comencé a jugar con mis manos como siempre lo hacía cuando tenía ansiedad.

.- Creo que hoy daré mi primer beso.-

.- ¡¿Que?!.- grito ella haciendo que mis oídos zumbaran.

.- Eres muy escandalosa Amy.-

.- No puedo creerlo, ¿Quien es el? Dios santo esto es muy emocionante.- Admitió Ella dando pequeños brincos en su asiento, yo tape mi rostro sintiendo la vergüenza invadir todo mi cuerpo.

.- Es Josh Benett.- Susurre aún con mi rostro tapado.

.- Oh..-

Después de esas últimas palabras por parte de mi hermana no hubo nada más que agregar, el silencio nos invadió provocando que mis nervios tocarán el límite de lo lógico. Una vez frente a la escuela deje salir un suspiro. Las chicas se apresuraban gracias al mal tiempo que amenazaba con arruinar sus vestidos, mire a Amy y le sonreí a medias antes de bajarme del auto.

.- Te quiero.- grito ella por la ventana, me voltee y me despedí con las manos apresurando mi paso cuando la ansiedad fue demasiado.

Jamás había visto la escuela decorada de esa forma lo que acaparó mi atención hasta que ingrese al salón. No era una persona sociable pero contaba con tres amigas que cubrían mis espaldas de vez en cuando, las busque con la mirada pero no las pude encontrar.

.- ¡Oh Dios santo es la luciérnaga!.- grito una de las porristas que tan perfecta era.

Intente alejarme pero otra más de ella me detuvo colocándose frente a mi. Levante mi mirada enfurecida y la acomode en los ojos marrones de la chica cuyo rostro burlón predecía lo que estaba por venir.

.- Luces fea Isabella, no perteneces en este lugar.- Baje la mirada y negué sin querer ser afectada, la carcajadas llenaron mis oídos hasta que escuche una voz conocida.

.- ¿Que pasa?.- cuestionó Josh Benett, Levante mi rostro esperando haber conseguido un Salvador pero no, lo que encontré en su mirada fue igual a la de los demas.- Luces ridícula luciérnaga.- Se burló uniéndose a la burla de las otras chicas.

Mire al chico por algunos segundos comprendiendo que el no estaba interesado en las pelirrojas, yo sólo era una chica que había sido engañada para entrar en un juego donde yo era el payaso. Mire los ojos de mis castigadores y me aparte, todo ocurría en cámara lenta por lo que deje de escuchar.

Corrí por los pasillos de la escuela sintiéndome como una tonta, yo no era una princesa, tampoco era una chica que tenía las virtudes para encantar a alguien como Josh, sólo era Isabella, una pelirroja patética. Corrí por las calles sintiéndome miserable, estaba bien en casa, todo lo que había pasado era por creer en aquello que no existía. La lluvia se hizo presente en poco tiempo mojando el ridículo atuendo que me acompañaba, corrí por las calles pidiéndole a Dios alas para así poder huir lejos del mundo que no comprendía nada.

Mis zapatos me hicieron una mala jugada haciéndome caer de rodilla en un charco al lado de un árbol.

.- ¡Dios!.- grite sin sintiendo ganas De llorar pero sin querer hacerlo.

Levante mi mirada y deje que la lluvia quitará todo rastro de maquillaje falso, me había expuesto y había terminado con un dolor de pecho infernal. Cerré mis ojos y pensé en lo tonta que había sido, era el hazme reír y yo odiaba eso. No podía permitir que jugarán con lo que sentía de esa forma, eran mis sentimientos, lo más privado que podía tener un ser humano. Un trueno me hizo abrir los ojos encontrandome con las nubes oscuras que acompañaban el ambiente sombrío.

Nada iba a ser igual, podía presentirlo, las heridas profundas no podían sanar con el tiempo, así no funcionaba mi cerebro, tenía que pensar en que hacer para proteger lo que me quedaba de vida, cuidadaria mi corazón. Podía ser una niña poco atractiva pero era muy inteligente, mucho más que la mayoría, a eso podría sacarle provecho. Nadie podía verlo venir pero todo iba a cambiar.

11 reglas que seguir para ser una rompecorazones.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora