El propósito, las razones.

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Noviembre 1, 2015.

Una de las cosas en que nunca me enfoque tanto como debería, es tu relación con Dios.

Estuve en una charla de chicas en la iglesia y me hizo reflexionar si hago bien en sentir algo por ti, aunque estoy segura muy a mi pesar de que eso no depende de mi. No elegimos a quien amar. ¿te amo? No lo creo, no lo sé. No estoy segura de saber siquiera lo que es amar en su totalidad.

El punto es que tal vez jamás sepa cual es tu relación con Dios, si crees en él o no, o si algún día lo harás. Sin embargo, en la charla estuvieron hablando sobre cosas que yo debería buscar en ese alguien con quien podría compartir parte de mi vida o el resto de mi vida. Se recalca muy claro que no debemos unirnos a yugo desigual.

Había considerado esas opciones antes, solo que ahora es más fuerte en mi el deseo de saber qué hacer con mi vida, a quien desechar y a quien conservar. No estoy segura de que me hagas bien, no estoy segura de que seas mi príncipe rojo.
¿Quieres que te diga si duele saber que debo dejarte ir? ¡Claro que duele! Pero prefiero estar bien con el creador del mundo que con mis sentimientos hacia ti, y tu, no te imaginas lo mal que se siente pensar en que si consigo una oportunidad de que las cosas funcionen contigo, no aceptaré, no podré aceptarlo.

Porque no eres el indicado para mi, tal vez no ahora. Puede que Dios haga un cambio en ti y en mi, puede que luego esto vaya a resultar. Pero eso no lo sabemos.

Silencio Ensordecedor (GAV #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora