1er Paso

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Noviembre 10, 2015.

Sí, soy una tonta cobarde. Eso lo sé muy bien cariño. Pero decidí dar el primer paso, así como tú aquella vez, ese momento en que queríamos pasar horas hablando y decidiste llamarme, ahora era mi turno.

Aún seguía en el auto, con toda mi familia dentro. Me aburría como nunca antes, la música sonaba muy bajo y mis hermanas hablaban entre sí. Tenía ganas de molestar, y tenía cómo hacerlo.

Una de mis hermanas pensó en ti, claro, cómo no, me insto a que te llame, la invité a que lo hiciera ella, pero no se atrevió.

Tal vez la cobardía sea de familia, quien sabe.

Pero no más, porque en cuanto salí del auto marqué tu número sin vergüenza, y en lo más profundo de mi algo daba vueltas y me mareaba el sentimiento del miedo corriendo sin lugar.

¡Contestaste! Of course you did*. Hablamos como si eso no fuera una vieja costumbre, tal vez como si fuera algo que hiciéramos todo el tiempo. Pero ambos sabemos que desearíamos que así fuera.

Sabía que al llamar corría el riesgo de dejarlo a mitad, pero lo dejé a un cuarto de la conversación; nunca dije que tuviera tantos créditos.

Y lo más importante es que me atreví a dar ese primer paso que siempre necesité dar. Y en efecto hay muchos más, que vendrán con el tiempo. Que tal vez no sirvan de nada si lo pienso mejor, sin embargo, siempre es necesario que alguien dé el primer paso.

*Por supuesto que lo hiciste.


Silencio Ensordecedor (GAV #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora