[02]

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-Se lo digo de broma. Además a ella no le molesta, ¿verdad?-cuestionó mirándome amenazante, fingía estar tranquilo pero su voz sonaba realmente molesta.

-N-no, no me molesta.-mentí.

Claro que me molesta, pero al fin y al cabo le quiero y haría lo que fuera por él.

-Ann. ¿Qué es esto?-preguntó Alex cogiéndome por el brazo y observando un moratón que antes estaba cubierto por maquillaje.

-Ayer se dio con un mueble de la cocina.-respondió rápidamente Ryan. Estaba nervioso.

Todos me miraron interrogantes esperando a que yo lo negara o afirmara.

-Sí, es cierto.-confirmé.

Sé que está mal mentirles, ellos se preocupan por mí a pesar de que no me conocen y yo solo les miento.

Pero no puedo decirles la verdad, no puedo hacerle esto a Ryan.

-Bien, nos vamos. Si te hace algo este idiota no dudes en llamarnos.-se despidió Aiden.

-Y pensar que éramos amigos de ese.-escuché que decía Alex al salir.

Tras despedirme de ellos y escuchar sus advertencias sobre Ryan, cerré la puerta.

Suspiré y contemplé a Ryan. Estaba de pie, con los puños apretados y mirándome furioso, mientras maldecía en voz baja.

Mis piernas empezaron a flaquear por el miedo. El corazón me iba a mil por hora y justo cuando pensé que iba a pegarme, se sentó en el sillón y se tapó la cara con las manos.

Rápidamente me acerqué a él.

-¿Qué pasa?-pregunté asustada y extrañada. Era muy difícil saber lo que pasa por su cabeza.

-Mierda Ann, casi nos pillan. ¿Cómo quieres que esté?-cuestionó mirándome de reojo.

Arrepentido, por tratarme así -pensé.

Pero cuando vi su cara supe que lo había dicho en voz alta.

-¿Arrepentido? ¿Por qué? Yo lo hago todo por tu bien, eres una malagradecida.-respondió levantándose enojado.

-No.-exclamé.-No me pegues otra vez, por favor.-susurré suplicante.

-Joder Ann, no te hagas la víctima. Ambos sabemos que la culpa es tuya.-susurró él.

Y fue el colmo, al escuchar esas últimas palabras, rompí a llorar desconsoladamente.

-Me voy a ver la tele, cuando dejes de hacerte la víctima me avisas.-y después de decir esto, se fue.

Un rato después, me sequé las lágrimas y me dirigí a mi habitación arrepentida.
Me había comportado como una niña pequeña al llorar así.

Ahí estaba él.

Entré intentando no hacer ruido, ya que estaba dormido, o eso parecía.

Cuando me acerqué, observé su rostro y me sorprendí, al ver que de su ojo derecho, salía una lágrima.

La lágrima descendió hasta la comisura de sus labios, dejando un rastro húmedo por su mejilla.

Limpié con cuidado la lágrima, mojando mis dedos.

Cuando fui a apartar mi mano, él la agarró, haciéndome caer sobre él.

-Perdóname, por favor.-se disculpó nuevamente.

-No pasa nada, porque mi amor, es más fuerte que tus golpes.-le susurré suavemente en el oído, sonriendo.

Después de decir esto, él se estremeció y me miró abriendo los ojos.

Por un momento, pensé que el antiguo Ryan había vuelto. Que equivocada estaba.

(N/A):
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-Nutella.

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