Capítulo 7

86 5 0
                                    

-¡Ganamos Emma!- Gritó Ali emocionada saliendo del estadio.

-Ya lo sé, Ali- le respondí sin mucha emoción, había quedado pensando una y otra vez en mis dos tropezones con aquel chico, quizás era nuevo, o no lo recordaba... o por el trato con mi hermano, no lo conocía.

-Hay que celebrar- habló mi amigo Jamie, interrumpiendo mis pensamientos.

-Vamos a la fiesta de James dog- agregó Alex. Mis demás amigos chillaron alegres y se fueron tras él, yo los seguí, no tenía muchos ánimos para ir a esa fiesta y por otro lado mi hermano me mataría si me viera en aquella fiesta, por un momento pensé en quedarme en casa de mi amiga Sophie...

-¡A la mierda mi hermano!- grité mientras sacaba la cabeza por la ventana del auto, haciendo que el viento me diera en la cara.

 Diez minutos después me encontraba en esa fiesta, ¡mierda, mi hermano me va a matar!, ¡A la chingada que se joda, hoy soy libre!, ¡Soy la peor hermana del mundo!, y así estaba, de momento quería quedarme toda la noche en la fiesta pero a la vez me quería ir, no me quería encontrar a mi hermano.

En aquella fiesta había mucha gente, algunos se paseaban con los típicos vasos rojos llenos de bebidas alcohólicas, chicas con faldas que parecían cacheteros y "blusas" que parecían top, gente que llegaba, y otros que salían para irse a otras fiestas, unos andaban de violinistas, y otras como yo con auriculares y apartados de todos.

 Había dado un paseo por los alrededores de la casa, a decir verdad, era una casa lo bastante grande tanto por dentro como por fuera, el dueño de la casa debía ser uno de esos capullos creídos.

Al llegar donde estaban mis amigos, que por cierto ahora ya no estaban, y al caminar más allá me quedé estatua, al ver a Ali y a Jamie nada más y nada menos que besándose, ¡Vaya, no perdieron tiempo!, por poco suelto una carcajada pero no quise interrumpir su momento, así que decidí retroceder rápido sin que me notaran, era muy raro e incómodo ver a mis dos mejores amigos en aquella situación. ¡Genial, ahora me faltaba un violín y bastaba!

Saqué mi móvil del bolsillo y luego desconecte mis auriculares, para después llamar a mi novio, Brad.

-Hola amor, donde estás, me gustaría verte- hice un puchero a sabiendas de que no me vería- estoy de violinista

-Hola, lo siento mi amor, estoy muy ocupado ahora mismo

-¿Tan ocupado estás para ajetrearte el fin de semana?

-Ni te imaginas cuanto mi amor, tengo un montón de papeles que leer y no voy ni por la mitad, esta noche acabaré todo esto, y mañana temprano iré por ti para desayunar

-Está bien... te quiero

-Y yo a ti- Colgué apenas terminó de hablar.

Guarde mi teléfono al mismo tiempo que daba un largo suspiro, Brad casi siempre estaba ocupado con esos estúpidos papeles que más de una vez me pusieron en duda.

Cuando me decidí por regresar al auto a esperar a mis amigos, me llevé un gran susto al ver a Mr. Tropezones sentado detrás de mí sobre el capó de un auto, sosteniendo un vaso rojo.

Me dio una sonrisa arrogante cuando se dio cuenta de que lo estaba observando, a pesar de la poca luz del jardín pude notar que sus ojos brillaban. ¡De seguro está ebrio el capullo!

-¿Por qué tan sola?- me sonrió de manera egocéntrica ¡Maldito!, rodeé los ojos y gire para alejarme de él, algo que fue imposible, pues me tapó el paso- Ahora huyes ¿eh?- volvió a sonreír, esta vez llevando el vaso rojo a sus labios rosados e hinchados, sin quitar la mirada de mí.

-Apártate- dije intentando no sonar débil, si él estaba ebrio no saldría viva, dicen que los ebrios son necios y torpes.

Levantó sus manos en señal de rendición, y se movió hacía la derecha dándome pase libre, cuando supe que no me vería sonreí agradecida.

Escuché un silbido y un "Uff, nos volveremos a ver muñeca" de su parte, rodeé los ojos y me apresuré a perderme entre la multitud.

Tú, mi perdición. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora