Dicen que lo animales tienen un sentido extra para esas cosas. ¿Por qué me miras así? Ya sabes a qué me refiero. Esas cosas que no vemos, no tocamos, pero sentimos que están ahí. Creo que eso es lo que las hace inquietantes. Si supiéramos "qué" y "cómo" están ahí, estoy más que seguro que nuestras preocupaciones sobre el "por qué" serían mucho menores.
El hombre es un animal así: orgulloso de lo que sabe y curioso de lo que puede aprender, pero retraído y temeroso de lo que no comprende. Por muy receptivo que uno pueda mostrarse, siempre se va a estar desconfiado ante lo que ignora. Pero si hay algo que enloquece al hombre es poder ver algo, palpar algo, y aún así ser incapaz de comprenderlo.
Hacía frío esa noche. Tal vez fuera un poco más susceptible al frío en ese momento por mi falta de abrigo. Pero ésto poco tiene que ver con el relato que estoy contando. De hecho, hacía frío por el simple motivo que estábamos en pleno invierno y había decidido airear el apartamento. Vivía sólo con mi perra, así que se puede entender que ese habitáculo en verdad necesitaba aire fresco. Tal vez podría haberme cubierto con algo más de ropa, pero no lo hice por simple pereza. Estaba en mi lugar preferido de la casa, con un café muy cargado a mi derecha y escribiendo, como hago en mis ratos libres. Tenía frío, sí. Pero la haraganería le había ganado a la comodidad en este round.
Lo que me gustaba de ese lugar específico de la casa era que estaba en un punto estratégico: podía vigilar la entrada, mi habitación y el balcón al mismo tiempo. Sí, habrás notado que es un apartamento pequeño, pero uno hace lo que puede con lo que tiene. Estaba situado a centímetros de la ventana, hecho que algunas noches me incomodaba por las curiosas imágenes que las superficies reflectantes generan en la mente cuando las miramos por el rabillo del ojo. La mayoría de las veces me sorprendía dirigiendo miradas paranoicas hacia el ventanal, para sorprenderme mirando el reflejo de mis manos moviéndose nerviosas, o algún otro movimiento provocado por mí.
Pero bueno, eso fue la mayoría de las veces. Había una minoría un poco más inquietante.
Mi perra llevaba afuera algo más de media hora, lo cuál no es demasiado común en ella. Es el tipo de mascota que sufre con el frío; de hecho tenía que llevar una de esas graciosas capas para perros durante la mayor parte del año. La había bañado esa tarde (uno de los motivos por lo que aireaba la casa) y me acababa de dar cuenta que no le había colocado su abrigo. Sin embargo, allí estaba. Quieta, casi petrificada, pero con los pelos del lomo visiblemente erizados. Sabía que tenía frío, la podía ver temblar desde mi punto seguro. ¿Por qué no entraba?
Parecía gruñir, aunque obviamente no la oía claramente debido a la ventana que nos dividía. Retrocedió unos pasos, alejándose unos centímetros de mí. ¿Me gruñía a mí?
No. Era imposible. Soy su dueño desde que tenía poco más de diez días... Fue entonces cuando algo tomó forma en mi campo de visión. Entre ella y yo, había algo. Algo levemente borroso. Me froté los ojos. Me quité las gafas, las puse de nuevo en su lugar. La perra seguía visiblemente agresiva. Cuando sus patas traseras tocaron la barandilla, noté que su gruñido se convirtió en un leve lloriqueo, casi una súplica. El animal sentía un miedo profundo hacia aquello.
Eso, que estaba a la altura de un hombre levantado, comenzó a tomar una silueta casi humana, pero profundamente encorvada. El éter se tambaleaba, y podía sentir como esa presencia parecía divertida con algo. No lo veía aunque lo viera. No lo definía, no lo entendía. Sentía que él sonreía. Tenía la vista clavada en mí. Y se acercaba.
Cuando al fin se puso a la altura de mis ojos, algo que recordaba vagamente a unas extremidades difusas se posaron en algún punto al otro lado de la ventana.
Mi mesa se inclinó levemente.
Estaba mirando el reflejo de lo que había dentro de mi sala de estar.
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Cuentos varios.
Horror¿Qué define lo real de lo ilusorio? Lo real ha de ser tangible, dirán algunos. Ha de sentirse. Pero, ¿qué ocurre cuando aquello que ha de ser una simple creación mental, se transforma en el eje sobre el cuál gira nuestra existencia? El pensamiento...