Capitulo 6

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El golpeteo de las gotas de lluvia sobre la ventana me despertaron. Era una mañana nublada, y el sol se escondía tras las nubes sin irradiar sus rayos. Diego se había ido después de ver una película. Había sido un día mejor a los otros en London, ahora seguramente estaría llorando por lo que me hubieran dicho en la escuela, deslizando una cuchilla sobre mis muñecas mientras me repetía una y otra vez que mi odiaba a misma.

Pero ahora tenía un pequeño tiempo para olvidarme de eso y disfrutar en mi viejo hogar con mis amigos, después de todo lo pasado hace un año.

Diego me había dicho que Julian volvería a Holmes Chapel mañana, y que se asegurara de cuidarse de él ya que no era el mismo de siempre.

El chico dulce y cariñoso se había ido, y no sabía si volvería. Me puse de pie para lavarme la cara y cambiarme el pijama por una falda vaquera y una blusa blanca de mangas largas, y encima una chaqueta hasta los codos cómoda de color celeste, con unos botines marrones. Amarre mi pelo en un moño desordenado y baje a la cocina a prepararme para desayunar.

Encendí la tostadora y metí dos panes para después prepararme un café como me gustaban.
-¡Oriana! -Un grito agudo me sobresaltó haciendo que casi demarre mi café en el suelo. Esa voz no podía ser de nadie más que de....

-¡Mariel! -Grite de la misma manera mientras me abalanzaba sobre ella. Mariel era hermana de Pablo, otro de mis muchos amigos de la infancia. Ella tenía mi misma edad, y su hermano era un año mayor que nosotras.

Algo que ellos dos tenían en común eran que daban los mejores consejos, eran mis consejeros oficiales de siempre.

-Que bueno que regresaste, ¿te quedarás? - Mi sonrisa deaparecio y torcí la boca. Seguramente mis padres no me dejarían quedarme sola, aunque en London era lo mismo. -Supongo que no será así.

-No lo creo...mis padres no me dejarían ni rogando. -El sonido de la tostadora con los panes listos me hizo volver a la cocina a embarrarles mantequilla. -¿Quieres un café?

Nos quedamos hablando un buen rato hasta que se hicieron las dos de la tarde, y Mariel tuvo que ir a las clases de piano que tenía. A mi me hubiera gustado inscribirme, pero dejar algo a medias no me agradaba. Subi a mi cuarto para sentarme en el barandal del balcón mientras miraba el cielo. El sol había salido un poco más, pero aún seguía el cielo pintado de un triste color gris.

Un ruido me sacó de mi mundo, al parecer de la entrada principal. Baje del balcón bajando las escaleras a toda prisa con un jarrón en mis manos para defenderme por si se trataba de algún ladrón o algo parecido. Una silueta masculina entraba por la casa, pero no podía distinguirle el rostro. Estuve a punto de estrellar el jarrón por la cabeza de esa persona hasta que me di cuenta de quién se trataba.

-Sólo eres tú...



TA TAN TAAAAANNN!!! Les dejo picando la pelota! jajajja byeee!!




"But I can not" (ADAPTADA) OrianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora