Sus párpados se elevaron, y sus pupilas se dilataron muy fácilmente. Logró ver una sombra,pero no tenía el coraje de abrir los ojos y ver quien estaba ante ella.
Lo único que pasaba por su mente en ese momento era que ya no se encontraba en el bosque, ni tampoco estaba sola.
Mi corazón latía muy fuerte. Vino a mi cabeza como una ráfaga las palabras de mi abuela "Imagina tu lugar feliz Verasis, tu lugar feliz"...
Blanqueo mi mente y voy devuelta a el momento de recostarme en el árbol, recordé la manera en que mi papá me ayudaba a dormirtar, contando esas historias fantásticas que tanto me gustaban;también el aroma a pino que entraba por el gran ventanal e invadía la habitación mientras escuchaba esas bellas historias, era el mejor momento del día.
Ese pino... Todas las historias se basaban en él y en criaturas maravillosas.
-"Está despierta"-escuché, era una voz gruesa y tenía una leve extrañeza a mi oídos.
Me habían atrapado, lo único que deseaba en ese momento era están en los brazos de mi madre y disculparme por haberla preocupado tanto al escaparme. ¿Estará llorando? Que culpable me siento, no quería llegar a este extremo.
De repente sentí una respiración agitada en mi cuello, era extraña como todo en ese oscuro lugar, se asemejaba a el movimiento frenético de las alas de los colibríes que llegaban todas las primaveras mi ventanal, en busca de las mis margaritas, blancas como las nubes.
-"Despierta niña, abre los ojos ya"-sentí que una voz diferente a la anterior me había susurrado-.
A Verasis no le quedó otra opción que responderse la gran incógnita... ¿Con quién estaba?
