Verasis caminó detrás de Erionatos, mantenía la mirada hacia el suelo rocoso, en el trayecto la niña notó pequeños insectos de todo tipo escabulléndose por el lugar, hasta poder camuflarse en las sombras.
Era un largo trayecto, no sé dónde me dirigía; Parecía un túnel infinito, como esos que están en las pesadillas, que vas cayendo y no hay final. Como mi vida, que no tiene un final definido. Hasta ahora.
Ella caminó como esclava, con cadenas invisibles que raramente le proporcionaban un cosquilleo en los brazos.
Al final se podía percibir que existía una vida "humana".
Los sonidos que resonaban en los oídos de Vera eran cotidianamente extraños; Cada paso normal de un ser viviente sonaba como un golpe a puño cerrado en el centro de una mesa de madera...*Ese golpe, ¿Que será? Suena muy parecido a... ¡No! Verasis por dios ¿Qué estás pensando? No hay ninguna pelea; papá está muerto, y mamá no está por caer en un coma alcohólico. No otra vez.*
Cada risa un llanto...
*Reconozco esa manera de lloriquear. Suena similar a cuando llegaba de las clases particulares de arpa y encontraba a mi nona viendo novelas del siglo pasado.
Pobre nona... Ella pensaba que yo no sabía que solo prendía el televisor antes de que entrara.*Cada voz, que no se lograban entender el idioma o tan solo las palabras, generaba un alarido...
*POR FAVOR QUE LO CALLEN. YO NO FUI. YO NO MATÉ A MI HERMANO LO JURO.*
Aquella idea perseguía a la niña día y noche hacía años. Toda una carga en vano.
Este maldito pasillo, ¿Cuándo concluirá?
Mi papá me había hablado sobre un largo corredor, en sus historias; En donde todo era distinto, ese "Labertido" como él lo llamaba.
Le gustaban mucho los juegos de palabras, los misterios; él era un misterio para todo el mundo, menos para mí, o eso supongo por ahora.¿Habían llegado? ¿Por qué ha parado?
Erionatos tomó a Verasis entre sus delgados brazos sin tocarla con las pezuñas, en forma de un abrazo. Ese abrazo degeneró sus sentimientos, los tejidos musculares de ambos se relajaron, y los latidos eran sucesivos, como una pequeña caricia.
Habían pasado años para el reencuentro tan esperado... Aunque el aspecto de Vera había cambiado pero él nunca la olvidó.
Cuando la soltó bajó la mirada con su tercer ojo hacia ella. Vera estaba inmóvil viendo sus brazos llenos de tierra y rasguños originados por las paredes estrechas del pasillo.Está caminando hacia otro lado. Se está yendo.
Cuando intentó seguirlo, ya era tarde, y Erionatos había desaparecido entre la multitud.
Vera se encontró en un lugar casi familiar, como en sus sueños; con la gran diferencia que estaba lleno de criaturas extrañas.
Ella estaba quieta delante de la arcada del corredor. Notó una mirada fija, luego eran tres, o algunas más. En ese momento se sintieron una especie de aullidos y aquellos seres se inclinaron ante su reina."¿Porqué se arrodillan?"-dijo Vera en voz baja- "¿Dónde estoy?"
La niña sintió nuevamente el aleteo y al voltear vio a Dejska posada en su hombro.
"Tranquila Vera, estas en casa"-Dijo la pequeña hada en su dulce tono chillón, y agregó- "Seguidme, tengo que mostrarte algo"Dejska se echó a volar entre la gente que seguía tumbada en el suelo. Ella le siguió el rastro.
Caminaron por un largo rato, adentrándose cada vez más por el reino.
Ella estaba asombrada, era todo lo que su padre le había contado.
"No eran solo historias"-Dijo Vera con una mueca indefinida.Dejska río y solo siguió volando hasta pararse en una gran estatua que parecía estar hecha de cobre, con piedras brillantes incrustadas.
"Hemos llegado" -Dijo el hada dando pequeños saltos sobre el mármol en el que estaba sostenida la estatua.
"E... Esa... ¿Soy yo?" -Dijo Vera impresionada. A lo que Dejska respondió... "Si mi reina, eres tú. Pero hace mucho mucho tiempo..."
"Es una estatua impresionante, no puedo creer el parecido que tiene a mi, y menos que sea yo realmente.
No tengo cuernos, ni pelo ondulado o rojizo como llamas, tampoco soy tan delgada ni alta. ¿Tiene ojos violetas? ...Debió de ser el desgaste de la roca.
¡Oh por dios! Tiene piernas de... No puedo ni definir el animal."Dejska siguió un pequeño sendero de piedras azules, y Vera por detrás.
Quedó impactada al ver una especie de fortaleza, llena de vitrales coloridos que cambiaban sus formas en cada pestañeo."¿Dónde está Grezt?"-Preguntó Vera, y luego se quedó inmóvil.
"Nose porque que dije eso, enserio..."
Antes de que pueda decir algo Dejska dijo... "Verasis estás recordando"-Lo dijo con un tono de alegría y dando saltitos- "Yo sabía que le recordarías. ¡Ven! entremos, Grezt se pondrá muy feliz de verte"
