Capítulo 10: Laureen.

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-Laureen, come. Por favor te lo pido-Le dijo su madre, cansada de repetirle eso.
Y sí, Laureen volvió a caer. Bajando cinco kilos en una semana.
¿Razón? Simple, su ex-novio le había dicho cosas horribles, sin importarle lo que Laureen pensara, aunque Laureen aún sentía que lo quería demasiado, cayó de nuevo en Ana y Mía, las dos juntas, sin que nadie se enterase. Aunque su madre sospechaba, pero no notaba su delgadez a causa de la ropa grande que ella usaba, comía, vomitaba o no comía, sus ojeras las tapaba con maquillaje y una sonrisa de por medio.
Su padre volvió, y esta vez algo más enfadado, haciendo que el autoestima de Laureen bajara más de lo que ya estaba, le seguía poniendo apodos ofensivos, sólo le hablaba así cuando su madre no estaba, delante de ella, él demostraba que había "Cambiado". Y su madre tan cegada por el amor no podía ver lo que le sucedía a su hija, y Laureen comenzó a sentirse sola, otra vez.

Y ese fue el día, el día el cuál Laureen se desmayó en la clase de gimnasia.
Nick corrió y la agarró en sus brazos como si de un bebé se tratara, se sorprendió, por la delgadez de la chica.
Y no dudó en ir a enfermería y pedir una ambulancia, eso ya había llegado lejos.

Un horrible pitido resonaba en los oídos de Laureen.
Y de repente, lo sintió. Hospital. Horrible hospital blanco y con ruidos los cuales Laureen odiaba tanto. Pero ella aún no podía abrir sus ojos, se sentía pesada. Sintió la presencia de alguien con ella, movió su mano para hacerse notar, pero nada pasó. Intentó hablar, pero no le salía nada, hasta que le salió un jadeo, parecido a un gemido. Y movió un poco su cuerpo.
-¿Laureen?-Escuchó que alguien le decía. Reconoció rápidamente la voz de Nick. Y sí, Nick estaba allí, demasiado preocupado, más de lo que él pensaba que podría llegar a estar.
-Traeré a tu madre, tu tranquila-Le dijo Nick, para salir de la habitación y llamar a la doctora Smith.

Y debería decir que todo se solucionó allí, pero no.
Su madre, justamente su madre, vio que su hija tenía anemia, anorexia y bulimia junto con una depresión algo superada.
Y no pudo evitar sentirse la peor madre de todas, teniendo en cuenta de que nunca se dio cuenta de esas cosas. Luego de pasar cinco días en el hospital hasta que Laureen se dignó a comer algo, fueron a casa, con una dieta y una madre preocupada.
Laureen tan sólo podía comer lo que su cuerpo le permitía, muy poco.
Y no, ella no se recuperó.

Se puede decir que empeoró más.
Le contestaba a su madre, se negaba a comer y cuando comia, iba directo al baño. Su madre ya no sabía que hacer, luego de unos días su padre fue a la casa, golpeó a la madre de Laureen, y Laureen se llevó un golpe también.
Odiaba vivir. Lo odiaba muchísimo. La gente en el instituto comenzaba a mirarla raro, se corrían varios rumores y una chica con voz chillona comenzaba a llamarla gorda, fea y muchas cosas más.
Laureen se estaba cansando y Nick no podía hacer mucho.


Pasados dos meses, Laureen comenzó a aislarse.
Sólo con la compañía de Nick, en su habitación, hablando y riendo era cuando se escapaba de su realidad, pero cuando Nick no estaba, cuando sus ojos mieles y cabello castaño, en cierta forma le gustaba estar con Nick, le tomó muchísimo cariño. Pero su enfermedad comenzaba a ser preocupante, las personas del instituto dejaron de molestarla, para mirarla con una mirada llena de lástima y pena.
Laureen no tenía idea de su mejor amiga, alguien le dijo que sufría depresión y su novio la había abandonado, además de la pérdida de su bebé.
Laureen se sentía tan sola.
Pero lo que no sabía, era que alguien comenzaba a sentir cosas por ella.

-Laureen, no me estas escuchando-Le dijo Nick, algo enojado.
-No-Le contestó ella, mirando un punto fijo.
-He dicho que me iré a Latinoamérica en unos días-Le informó Nick. Laureen se quedó callada.
-¿Latinoamérica? ¿Me dejarás sola?-Dijo ella, algo triste.
-Es sólo una semana, daremos un show con la banda-Le dijo él, mirándola. Ella asentió y le sonrió para darle a saber que todo estaba bien, él le devolvió una sonrisa forzada.
Estaban en la casa de Nick, teniendo en cuenta de que Gemma y su novio habían ido a comer afuera.
Laureen recibió un mensaje.
Deberías dejar de ser tan repugnante. Gorda. Y por cierto, deja a Nick Evans tranquilo. El esta contigo por lástima.
Laureen quedó totalmente confundida al mensaje, Nick al ver que su amiga no le prestaba atención, le sacó el celular de las manos. Tardó un minuto en procesar todo.
-Laureen, ignora este tipo de mensajes-Le ordenó.
-¿Es verdad? ¿Por lástima?-Le preguntó ella algo decaída. Nick suspiró y se acercó a ella, estaban sentados en el sillón.
-Claro que no Laureen, estoy contigo por que eres una persona maravillosa, divertida y me caes más que bien, no es por lástima Lau, te quiero por ser como eres, con tus demonios y tus pensamientos, me sabes escuchar en mis peores tiempos y siempre estas allí cuando te necesito-Le dijo él, sincerándose a ella.
Ella tan sólo rodeo a Nick en un abrazo, que Nick le devolvió con suma suavidad.
-Te quiero Nick-Le susurró ella.
-También yo, Lau-Le respondió.
Luego de ese momento, tuvieron unas de sus tardes típicas, películas, series y mucha música.
Al final se hizo muy de noche, las horas pasaron rápido y se hizo de noche, lo cuál Nick optó por que Laureen se quedara en su casa a pasar la noche. Lo cuál Laureen aceptó encantada.
Cenaron con Gemma y su novio, fue divertido y hacían sentir a Laureen parte de su familia, aún de conocerla muy poco, se encariñaron mucho con ella.
Aunque ella no se quería, no la pasará bien, ellos hacían que todo lo malo de su vida, se olvide. Si bien no sabían de su enfermedad, Laureen comía y luego iba al baño a devolver todo. Nick actuaba como si no hubiera pasado esas cosas y le tranquiliza indirectamente.
Después de todo, esos dos se querían y se ayudaban mutuamente.

Pero... Como amigos. ¿No?

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