Entramos a su casa. En lo primero que me fijé fue en lo desordenada y despejada que estaba la casa, obviamente estando de mudanza no podía esperar gran cosa de la decoración, pero lo que más me llamó la atención fue el increíble olor que salía de lo que parecía ser la cocina.
-Vaya, que bien huele; dije hambrienta.
-Te dije que te gustaría; dijo con orgullo.
-Aún no lo he probado; bromeé.
-¿Tienes hambre?; dijo sonriente.
-Estoy famélica.
-Entonces siéntate y yo serviré la cena, ¿quieres una copa?.
Claro, me encantaría.
Bebimos y comimos todo muy a gusto, demasiado para ser nosotros, no se propasó en ningún momento y estuve totalmente cómoda a su lado gracias a eso, creo que si todos los días fuera como estaba siendo en ese momento le odiaría un poco menos.
Cuando acabamos de comer me excuse para retirar a casa porque trabajábamos al día siguiente y necesitaba dormir, me despedí de el con un beso en la mejilla agradeciéndole la cena y me marché a casa, este Conner me gustaba, me gustaba mucho.
A la mañana siguiente me levanté temprano y por una vez en mi vida llegué temprano a trabajar pero no esperaba encontrarme esto cuando entrara por las puertas.
El estúpido Conner besaba a mi ayudante de cámara como si la vida le fuese en ello y ella estaba encantada, claro, como no.
Aclaré mi garganta de forma muy audible y se separaron con rapidez, mi ayudante, Alexia me miraba con vergüenza y Conner con sorpresa.
-Conner me veo obligada a recordarte que esto no es la habitación de un hotel para que andes morreando a quien se te antoja, vete a tu sitio, tenemos mucho que hacer. Alexia, me esperaba mucho más de ti, estas despedida; y sin más me metí en mi despacho preparándolo todo para la sesión de hoy. Pero llamaron a la puerta.
-Pase; dije con voz firme.
-Phoenix, soy yo; dijo Conner al entrar.
-¿Qué quieres Conner?, no tengo tiempo para estupideces.
-Solo quería...
-Te has quedado con ganas de más, ¿no?, ¿vienes a besarme a mi ahora?; dije cabreandome por momentos.
-Venía a decirte que la chica fue quien me besó, que lo viste porque no me dio tiempo a apartarla antes de que entraras, y venía a pedir disculpas pero creo que me he arrepentido; dijo serio.
-Conner...
-No, Phoenix, ya veo que no confías en mi en lo más mínimo, tranquila, no volveré a dirijirte la palabra a no ser que sea algo de trabajo para no hacerte sentir incómoda; dijo decepcionado y se dio la vuelta dirigiéndose a la puerta sin dejarme reaccionar.
Sí, genial, esa había sido una perfecta mañana.
Pd: La de la foto multimedia es Phoenix.
