Que incomodo es esto, Conner acata mis órdenes como un robot, pero no se digna a mirarme.
Ya no están sus miradas divertidas y lascivas, sus guiños cuando le regaño por no tomárselo más en serio ni sus toqueteos frecuentes al final de cada foto, solo me obedecía y se supone que debería estar contenta con eso pero no lo estoy, no pensé decir esto nunca pero echo de menos a Conner, a mi Conner.
Al acabar la sesión sigue sin dirigirme la palabra, simplemente empieza a vestirse de espaldas a mi. Yo simplemente le miro, incapaz de hablar, sin saber que decir, así que decido llamar su atención, da igual de que forma.
-Conner; digo en voz alta antes de que se ponga la última prenda de ropa, la camiseta.
-Que pasa; dice serio.
-Necesitamos hablar; digo obligándome a parecer seria.
-No tenemos nada de que hablar; dice ahora con disgusto en su voz.
-Solo escúchame por favor; dije algo desesperada.
-Está bien, tienes dos minutos.
-Yo..., solo estaba celosa, me decepcionó que después de lo bien que lo pasamos anoche te morrearas con la otra delante de mí, te juro que no sabía que no fue tu culpa, me equivoqué y lo siento muchísimo, ahora, ¿puedes volver a ser mi Conner de antes por favor?; dije de carrerilla y algo desesperada.
-¿Tuyo?; dice con un amago de sonrisa acercándose despacio.
-Sí, mío.
-Con una condición.
-¿Cuál?.
-Bésame.
Y antes de darle una respuesta besó mis labios, reclamándolos como suyos, y yo, simplemente me dejé llevar.