Frustrado

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Rick suspiró,sentado en uno de los bancos del juzgado. El abogado de Catherine había concertado una cita y el hombre estaba esperando al suyo. Por un momento deseó estar entre los brazos de Milo donde,aunque sonara cursi,se sentía totalmente protegido de todo. Se frotó los brazos sobre las mangas del traje. No se merecía aquello. Los periodistas le acosaban al salir y al entrar del trabajo,también cuando regresaba a casa. Pero Milo jamás había perdido la compostura. Se limitaba a hacerse camino entre aquellos buitres y se encerraba en su piso. Habían decidido que para no levantar más escándalo debían volver a vivir separados hasta que las cosas se calmaran. A pesar de que ya habían transcurrido dos semanas aquello no parecía querer hacerlo. Y él le echaba tanto de menos... Su cuerpo clamaba por una de sus caricias. Incluso Sebastian parecía echarle de menos. El pequeño no se dormía hasta que escuchaba su voz al otro lado del teléfono. Rick comenzaba a temer que sus obsesiones fueran contagiosas.
Vio llegar al hombre trajeado y se levantó.
_¿Estás listo,Rick?
_Eso creo

***
Milo se levantó para abrir la puerta. Rick estaba en la puerta,completamente empapado.
_¿Puedo entrar?
_Claro. Pasa.
_Gracias...
_Deberías cambiarte esa ropa.
_Puedes hacerlo tu... He dejado a Sebastian con mis padres. Estamos solos.
Rick se deshizo de su chaqueta,descalzándose luego.
_He ido a esa estúpida reunión. Ella pretende pedir la custodia.
_¿Qué?
_La odio tanto,Milo... Tanto que...  Necesito dejar de hablar.
Sintió un escalofrío al sentir las manos de Milo bajo su camisa.
_Entonces no hablemos.
_Te he echado de menos -susurró mientras echaba la cabeza hacia atrás.
_Y yo. Demasiado
_Estás hecho un niño realmente sucio.
_Se te transparentaba esto.
El castaño jadeó ante el leve pellizco sobre sus pezones.
_¿No tenías paraguas?
Negó con la cabeza notando una de las manos de su amante meterse bajo sus pantalones. No quería aquello. Quería...
_Quiero que me folles
_Rick,no.
_¿Por qué no..? ¿No era lo que querías? ¿Follarme?
_Sí.
_¿Entonces por qué?
Lo volvió hacia él y clavó los ojos en los de Rick. Estaba temblando y no era del frío ni la lluvia. Sabía que en un estado normal él no diría eso.
_Porque lo que necesitas ahora es que te abrace y te diga que todo va a salir bien.

***

Enredó los dedos entre los mechones de su cabello mientras Rick descansaba tranquilamente sobre su pecho. Se había desahogado lo necesario y había caído rendido. No pudo evitar soltar una breve risa al darse cuenta de lo mucho que había cambiado. Unos meses atrás no hubiera dudado un momento en acostarse con él.
_¿Qué me has hecho...? ¿Ahora se supone que soy un buen chico?
_Sigues siendo un bribón. No me lo niegues. Solo que uno con dueño.
_No me disgusta que tu me pongas correa.
_Oye,Milo...
_¿Sí?
_Siento como me comporté antes. Supongo que... No sé que esperaba haciendo eso.
_¿No era aliviar tu frustración mediante el sexo?
_Sí. Eso era.
_Cuando era más joven creía firmemente que cumplir las expectativas que mis padres ponían en mi era mi trabajo como hijo. Por ello,llegué a consumir pastillas para no dormir y poder seguir estudiando. Pero mi rendimiento bajaba más y más. Me sentía frustrado y mis padres a punto de divorciarse colocaban más y más peso sobre mis hombros alimentando ese sentimiento. Aquel día me emborraché de tal manera que cuando desperté en aquella cama llena de hombres mayores que yo ni siquiera recordaba como había llegado allí.

_¿Qué...edad tenías?

_Dieciséis años.  Creo que fui ahí cuando empecé a convertirme en el casanova. Mis amantes solían siempre mayores que yo. Hice y me hicieron de todo. Pero no podía huir de mis sentimientos,nunca podría. Aún después de encontrar trabajo,dejar los estudios, mudarme y que aquella frustración se disipara continué con lo que hacía. Aquel papel había llegado  tan hondo que se había convertido en lo que yo era. Bueno,solo quería decirte que  no deberías acostarte con nadie por  frustración o rabia. Podrías llegar a parecerte a mi. Y no queremos eso, porque ahora soy tu novio y no me haría ninguna gracia que...

Rick le abrazó con fuerza.

_Eres demasiado lindo.

_Oye,Rick...

_¿Qué ocurre?

_Nada. Solo que...gracias por quererme.

***

_Hola,Milo.

El camarero frunció el ceño al reconocer la voz de la mujer. Intentó ignorarla, pero ninguno de sus compañeros estaba cerca para atenderla. Se dirigió con cara de pocos amigos  a la pelirroja.

_¿Qué quiere tomar?

_Solo quiero hablar  contigo.

_Si no toma nada yo debo continuar haciendo mi trabajo. No me pagan por hablar con los clientes.

_Vi a Rick entrar anoche en tu casa. 

_¿Y qué? ¿Lo sigues o algo por el estilo?

_Solo me intereso. Es todo.

_Por supuesto. Todo lo que haces es por interés.

La mujer lo agarró de la camisa cuando él intentó alejarse.

_Suéltame. 

_¿Qué si no? ¿Vas a pegarme?

_Me importa un bledo que seas una mujer.

Por suerte,antes de levantar siquiera la mano vio por el rabillo del ojo al cámara escondido torpemente tras una de las columnas. Milo se limitó a sonreír.

_Lo lamento,señorita. Pero mi cuerpo no se vende. 

Se liberó de su agarre con cierta facilidad. 

_No soy tan idiota como crees,Catherine. Sigue haciéndole daño y la próxima vez te aseguro que no habrá ninguna cámara para respaldarte -le siseó antes de regresar a su trabajo.



Enamorado de papiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora