Hace un año.
Kyungsoo terminó de colocarse sus prendas saliendo del cúbilo del baño del aeropuerto de Seúl. Se bajo su gorra negra, su favorita, regalo de su padre en una navidad donde la pasaron en un parque solitario después de que su padre junto con su hermano mayor vengan de una pelea de pandillas. Había llegado las doce de la noche, mientras curaba las heridas de los dos, su padre se sacó su gorra y se la colocó en su cabeza. Algo simple, pero para Kyungsoo que tenía apenas trece años era lo más maravilloso del mundo. Ahi estaba delante del espejo del baño, lavandose su rostro rápidamente, la ropa que tenía puesta antes, lo hizo un ovillo y lo tiro al contenedor de basura. Sin dejar pruebas ni rastros.
Se colocó su mochila en su adolorido hombro y caminó hacia fuera. Mezclándose entre las personas, quería pasar de estar despercibido, casi ser invisible aunque sabía que eso era imposible.
Escuchó el llamado por altavoz que indicaba a todos los pasajeros que pasen a embarcar hacia la ciudad de New York. Era su única salida. Al pasar por delante de unos policías trato de mostrar un poco su rostro bajándose aun más su gorra.
Kyungsoo antes de encaminarse volteó para ver si aparecía algo que detuviera su acción. No hubo nada. Estaba harto de tener que huir por salvar su vida, de nunca quedarse en un sitio definitivo, sabía que su destino era ése y nada podía cambiarlo. Si su familia fue delincuente y criminal ¿Porque el iba a ser diferente? Desde que nació sabia que terminaría de esta manera.
Antes de llegar a la fila para cruzar las puertas corredizas que lo llevaba hacia su embarque definitivo.
-¡Kyungsoo!
Reconoció la voz de la última persona que quería que apareciera pero a la vez la única persona que ansiaba ver. Como si fuese su salvación. Ahi estaba Sehun, sudado, con las ropas algo sucias y tenia algunas heridas en sus brazos. Cada vez que tenía la presencia de Sehun, sus piernas flaqueaban demasiado, quería irse para no verle su rostro, pero eso se impidió cuando sintió la mano de Sehun sujetando su brazo, ejerciendo una fuerza descomunal. Le clavaba la mirada desesperada para que Kyungsoo se girara, le hablara, le abrazara, le diga que le quiere.
-¿Como tienes el descaro de venir acá? ¡Vete! -Exclamó Kyungsoo tan molesto que las venas en su cuello se marcaban.
Sehun no le soltó. Tenía que saber que tampoco tenía intensión de hacerlo, Sehun era de las personas que no obedecen reglas ni mucho menos órdenes.
-¡No fue mi culpa! Kris hizo esa orden de que te fueras.
-¡Tu aceptaste! -recriminó, alzando la voz.
-Porque si te quedas acas, esos bastardos te van a matar, ellos te quieren a ti, saben que eres nuestro protegido en Absolution. -Sehun avanzó un paso, no dudo en llevar su mano a su mejilla de Kyungsoo, paso sus dedos con tanta suavidad por su pálida piel.
-Ven conmigo.
-No puedo bebe...
Sehun nunca lloraba, en todos los años que lo conocía jamás le vio llorar y hoy era una excepción. Kyungsoo se le desmoronaba el corazón, se le partía en pedazos y quería llorar desconsoladamente.
-Soy menor de edad y Kris tiene mi tutoría, el no quiere que me vaya, me necesita y si el no firma una autorización, no podre salir...no sabes como me duele que te vayas, mi amor.
Sehun lo estaba abrazando acunándolo entre sus brazos, las personas de alrededor se detenían a mirar la escena. Kyungsoo no soportó el silencio que mantenía y se separo del abrazo bruscamente, atacándolo con sus grandes ojos, se sentía tan abandonado.
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ABSOLUTION | Kaisoo
FanficKyungsoo, integrante de la banda más peligrosa del país llamada Absolution. Llegó a la ciudad de Seúl para participar en el nuevo ataque de la banda: Secuestrar al único hijo del ministro del país, Kim Jongin, un joven menor de edad muy rebelde. Cr...