Las frías paredes hacían que siempre tuviera miedo en su cuerpo. Le dolían tanto las muñecas, que estarían más que magulladas y sus pies totalmente adoloridos. Encandenado a la pared y al suelo, tan privado de su libertad.
Veía el fondo oscuro donde siempre aparecía sus labios corazones y no había nada. Han pasado tantas horas que no lo sabía y estaba desesperado. El le dijo que volvería pronto y no lo había echo. Estaba de pie y apretaba los puños cuando no podía más que dar dos pasos porque las cadenas se lo impedían.
—¿Donde te has metido? ¿Porque no vienes? —pregunta al aire, donde no obtenía respuesta.
¿Y si le habían descubierto que venía siempre? Nunca dejaba de sentir pánico, solo con Kyungsoo a su lado, todo era mejor. Escuchaba el silencio a su alrededor y cuando dejó el mismo de pensar en alto. Oyó un golpe de una puerta muy lejano, no era aquí era en en exterior. Jongin se quedó callado y se apegó a la pared, el pleno silencio beneficiaba para escuchar ruidos.
Entonces Jongin descubrió que tal y como lo había pensado estaba debajo de un lugar, recordó la primera vez que lo trajeron, a pesar de la crisis nerviosa que tenía, sus píes habían bajado unas escaleras.
—Labios corazones, donde estás.
Murmuraba mirando a su alrededor tan oscuro.
De pronto un golpe brusco más cercano de una puerta abriéndose, llamó su atención y rápidamente se agacho quedando sentado en el suelo. Con la firme ilusión que seria Kyungsoo tenía la cabeza levantada pero se llevo una decepción al ver que era otra persona, ese chico que antes había venido, acompañado de otro.
Jongin se quedo sin energía, Kyungsoo no venía y le desesperaba.
—Te hemos traído comida—le hablaban con voz autoritaria.
El otro estaba a su lado apuntando con un arma, mientras el más bajo daba indicaciones, estaban encapuchados ambos chicos.
—Necesito...usar la ducha.
Pudo hablar Jongin despacio. Realmente lo necesitaba. Su cuerpo estaba sudado y no soportaba sentirse sucio. Aunque esa ducha era deplorable al menos podía mojarse y sentir algo de frescura, no había otra opción. Esos chicos se miraron entre ellos como si se debatieran si dejarlo ir o no, hasta que accedieron.
Le soltaron las cadenas, su pie fue liberado, la cadena le habia echo una herida que nadie podía percartarse, tenía que soportar el dolor. Conforme Jongin iba avanzando hacia ese baño, la punta de la pistola rozaba su espalda y el otro le dirigía hacia llegar a la ducha.
—Tienes solo 10 minutos.
Habló de forma demandante el de la pistola. Jongin pisó el suelo de la ducha con sus pies descalzo y cerró la cortina, mientras que esos dos hacian guardia detrás. Se fue deshaciendo de sus prendas poco a poco viéndose por fin su propio cuerpo.
Se miró sus manos magulladas, sus pies heridos, el cuerpo con heridas cicatrizadas. Como extrañaba a sus labios corazones, lo quería aquí y ahora. Cerró sus ojos al momento de abrir el grifo de la ducha, el agua cayó por su cuerpo mojándolo por completo.
Comenzó a recordar a sus padres, a sus amigos, a Baekhyun ¿Estarán bien? No quería hacerse la idea que no podía verlos nunca más ¿Y si moría? Un nudo en la garganta atravesó estando a punto de llorar mientras echaba su cabeza para atrás. Al abrir los ojos vio como caía sobre su rostro un rayo de luz, fruncio el ceño intrigado.
—Que es eso—se susurró asi mismo.
Levantó sus pies y su mano pudo alcanzar a un vidrio, siguió tanteando con cuidado, descubriendo que era una pequeña ventana. Cuando su rostro alcanzó apenas, pudo ver como la luz iluminaba todo su rostro, sus ojos se achicaron, le ardían, hace tiempo no recibían claridad. Seguía en equilibrio, observo que efectivamente estaba a metros abajo, en un sótano, al nivel de su rostro estaba una vereda y solo veia lugar desierto, sin demás casa, ni mucha vegetación. Era un lugar perdido. Se quedo en completo shock, sus manos se extendieron para intentar abrir esa ventana, pero parecía estar sellada con cemento porque era imposible, por más fuerza que le pusiera solo había polvo y suciedad.
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ABSOLUTION | Kaisoo
FanficKyungsoo, integrante de la banda más peligrosa del país llamada Absolution. Llegó a la ciudad de Seúl para participar en el nuevo ataque de la banda: Secuestrar al único hijo del ministro del país, Kim Jongin, un joven menor de edad muy rebelde. Cr...