Capítulo 1

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La rutina

- Niña inútil... no sirve para nada -murmuraba Annabeth desde el pasillo, aproximandose a la sala.

Ya llegó. Aquí vamos de nuevo...

- Hey, si vas a vivir aquí por lo menos has algo, ¿no? -apagó la televisión y me paro como Flash.

Ella, con su sutileza, es mi "madre". Según ella yo no hago nada en esta casa, soy una vaga, una mantenida, inútil, etcétera. Yo hago todo, ella solo llega enojada, la mayoría de la veces borracha y me deja ciertas veces sin comer, lo que ella no sabe es que yo pido comida a domicilio, si fuera por ella yo no comería.

- ¡Responde cuando te hablo! -gritó, haciéndo que me sobresalte.

- ¿Quieres... comer?

Rió sin alguna pizca de gracia y esperando alguna orden por parte suya aguardé.

-¡¿Qué esperas?! -salí corriendo hacia la cocina. Metí el plato ya hecho al microondas y coloque un minuto. La busqué con la mirada y la vi subiendo, con una notable furia, a su habitación.

Suspiré.

Nada va a cambiar.

El sonido del microondas avisando que ya estaba listo me sacó del pequeño trance en el que me encontraba. Saqué el plato y lo coloqué en el mesón, abrí la nevera y saqué una lata de soda, agarré el plato y me dirigí a donde estaba Annabeth.

Toqué la puerta con mi cabeza y no respondió, volví a hacerlo pero tampoco hubo respuesta. Dejé la lata en el pasamanos de la escalera y abrí la puerta con lentitud. Cogí la soda y entré.

La habitación estaba en suma oscuridad, achiqué los ojos y visualicé a Annabeth acostada, durmiendo plasidamente.

Guao, se ve tan tranquila.

Dejé la comida en la mesita de noche y la tapé con una sabana de lana. Entré al baño y abrí el espejo, saqué una pastilla que he visto que toma para el guayabo y se la dejo al lado del plato.

¿Coca cola y esa pastilla harán buena combinación?

Jum. Me encojo de hombros y bajo.

Pongo mi plato en el microondas y espero a que termine. Mientras sirvo un vaso con agua y me siento en el mesón.

Bip, bip, bip.

Saco el plato y me siento en el sillón, enciendo la televisión y lo primero que aparece es el noticiero dando lo de siempre: asesinatos, robos, política y eso.

Aburrido...

Empiezo a hacer zapping y encuentro Gravitty Falls, genial.
Como amo esta serie. Desde el primer episodio he pensado que ese tío Stan trae algo escondido y en ciertos episodios al final muestran pequeñas pistas, que con brutalidad, aún no logro decifrar.

Termino mi cena y lavo el plato y el vaso. Me vuevo a sentar y veo que hay maratón, lo único bueno que me pasa.
Son las 8:09 p.m. y después de unos episodios empiezo a sentir los parpados pesados hasta que veo todo negro.

-¡Danieeeeelle! -un gritó me despertó.

Oh no, es Annabeth.

-¡Danieeeelle!

Corro hacia donde está Annabeth y abro la puerta de golpe.

-¿Qué pasó? -dije mirando a todas partes tratando de encontrar la causa del grito.

-Mi comida... -dijo entredientes.

-Ahí está -señalé.

-Está fría.

-Ah, es que estabas dormida -dije nerviosa. Por su tono de voz ya veo que me castigará.

-Es asquerosa y las moscas la pasearon.

Me dieron ganas de preguntarle si las había visto pero me contuve.

-La calentaré -dije y cogí el plato.

Mala idea.

Golpeó el plato e hizo que se cayera y rompiera, la comida quedó por todos lados.

-¡Mira lo que haz hecho! -gritó.

¿Acaso no se cansa de gritar? ¿no le dolerá la garganta?

-Pero... -

-¡Nada! ¡recogelo, ya! -asustada bajé las escaleras y traje el recogedor y una mini escoba. Lo recogí y lo eché a una bolsa.

-Dame mi comida -ordenó.

Quería gritarle que es una malagradecida y muchas cosas más pero como siempre, me contuve.

-S-sí -y otra vez bajé.

Ahora estaba mirando que podía darle. El dinero que se gana se lo gasta en alcohol así que andamos mal con la comida y los gastos de la casa.

No había nada.

Empecé a dar vueltas, no sabía que hacer. Me va a ir mal, lo sé.

Antes de entrar tomé aire.

-No hay comida -susurré.

-¿Qué? -preguntó, casi gritando.

-Que no hay comida -dije un poco más alto.

-¡Pago todo aquí, compro la comida, te mantengo, hago todo! ¡¿Y tú me estás diciendo que no hay comida?! -asentí- Idiota -susurró.

Levanté la cabeza y la miré.

-No sé como vas a hacer, pero quiero comer, ya.

-Está bien.

Salí y a unos tres metros estaba mi habitación.
Entré, cerré la puerta y empecé a llorar.

¿Por qué a mí? ¿Tan mala fui en mi vida pasada? ¿Algún día acabará esto?

Nunca.

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Hola ;)

Esta es mi primera novela, como ya vieron tiene errores ortográficos. La saqué porque no me habían gustado como estaba los capítulos, pero ya la estoy volviendo a subir.

Espero que les guste, nos vemos.

💜🌟

TRUE ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora