CAP V: Camino al infierno, con atajo por el cielo.

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Parte A: ¿Quién he soy? ¿Quién he sido? Un nuevo-Viejo yo.

El mundo no te cambia en un minuto, eres producto de una sucesión de eventos.

Entender a totalidad el mundo es imposible, hacen falta un millón de vidas, para poder manipular situaciones, perfeccionarlas de tal modo que este bajo tu estricto control. Cada minuto nos aventuramos a lo desconocido, no tenemos la certeza de lo que sucederá durante los próximos cinco minutos, aun así continuamos con la ilusión de que no ocurrirá nada malo, de hecho ni lo pensamos, nuestra consiente ni se molesta en darnos el chispazo.

*En Madrid*

Eran las 17:02 minutos, estuve puntual, lamenté por mi mismo que seme hayan escapado esos dos minutos quien sabe en qué, porque el trafico no estaba infumable y todo fluía bien, crucé una calle que dirigía hacia las carreteras de la cuidad, buscaba, estaba seguro que de verle, le reconocería a a la primera, siempre he sido muy bueno con esto de reconocer a las personas en la vida real aunque nuestra relación siempre haya sido virtual, era como un don especial que poseía, me gustaba, creo que justo en ese momento, me empecé a sentir algo nervioso, por la posibilidad de estar siendo visto por una persona que no conocía, también miedo porque pudo ser una trampa de esas de redes para llevarse a los jóvenes y hacer que sabe que infinidades de cosas malas con ellos.

Caminaba, miraba a todos los sitios, y de pronto de la nada, escuché una voz gruesa, masculina y tierna al tiempo, realmente me agradó.

¡Alexandre!

Volteé mi rostro con todo mi cuerpo, quedé frente a él, y si era mi amigo virtual Francisco Sarabia, y me di más tiempo pensando, saludé de inmediato.

Era idéntico a las fotografías, no variaba mucho su imagen, moreno, ojos oscuros, igual que su corto y espeso cabello; Si había algo que no esperaba y es su estatura, pues no es que pareciera un enano enclenque, pero más alto y recio de lo que me lo esperaba.

¿Qué tal? -Dije estirando mi mano en señal de saludo formal.

Me sentí algo incomodo, no estoy acostumbrado a conocer gente y por un minuto me arrepentí de haber aceptado tal invitación, pero ya no podía volver atrás.

Te había divisado de lejos. -Dijo sonriendo.

Ya... Yo hasta que me hablaste. -Dije pensando en que ya lo había sospechado.

Ven vamos hacia dentro, que el vuelo saldrá en una hora. -Dijo tomando rumbo hacia la recepción general del aeropuerto.

Yo no dije mas palabras por un par de minutos, estaba incomodo, no sabía aun porque, ni que me hacía sentir tan mal, si el chico este estaba tratando de ser agradable, sabía que le conocía, solo virtualmente, si, pero tenía una noción de quien era.

No hablamos mucho antes de abordar, el avión nos dejaría en el aeropuerto de Barajas en Madrid a las 20:30 y debíamos coger un taxi hacia el lugar donde nos hospedaríamos, esa información era la que manejaba e intentaba regir mi cuerpo y mente para lo que sería el viaje, a pesar de gustarme mucho viajar, casi siempre sufría de nauseas e incluso vómitos, esperaba esta no fuera la ocasión porque lo suficientemente incomodo me encontraba para que mi cuerpo me hiciera pasar una mala juagada.

Sinceramente no pensé que me acompañarías -Dijo sonriendo ligeramente.

Yo tampoco lo pensé, igual siento que me urgía mucho un escape de lo cotidiano. -Expresé sin tantos apuros.

*Clan Suicida*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora