Cartas a mí misma.

Carta VIII.

Querida yo:

¿Por qué todo el mundo considera que hay algo bueno y algo malo, que podemos hacerlo bien, o mal?

Si lo hemos hecho, qué mas da.

¿Por qué hay que darle más vueltas? Lo hemos hecho y punto. Ha ocurrido así y ya está. ¿Para qué más?

Me sé la teoría, mi teoría. El problema está en la práctica.

Que sí, que te puede dar igual lo que piensen de tí. Que puedes pensar que todo lo que haces sirve para algo. [De hecho, es lo que deberíamos de pensar.] Pero, ¿nunca has pensado que habría pasado si hubieras cambiado algo?

Sí hubieras dicho que sí, si lo hubieras negado... ¿qué habría pasado? ¿Debería de haberlo hecho?

Jamás sabré que habría ocurrido si mis respuestas hubieran sido distintas o si no las hubiera dado.

Lo que sí sé es que por mucho que sepa que no tengo que pensarlo, lo hago.

¿Por qué?

Hay muchas respuestas, tal vez ninguna correcta.

Y te lo pregunto, aunque sé que no podrás darme otra respuesta distinta a la mía, porque, ya sabes, somos la misma persona.

-Con cariño, yo (tú).