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Yo era un hombre normal, trabajo en una oficina, no soy el típico a salariado, soy el jefe. Mi vida está llena de lujos, estoy en mi segundo matrimonio con la mujer de mis sueños, insolente hasta los huesos pero es preciosa, me basta con mirar su figura por las mañanas.
Otro día en mi vida, suena la alarma siempre a las seis de la mañana, vestirme, salir a el trabajo, regresar en la noche, pagar las cuentas, algo aburrido.
Mi teléfono suena aveces con la misma historia en diferentes capítulos, ella llamando para pedirme dinero yo negándome, ella sutilmente me seducirá con sus encantos de mujer y yo caeré en sus brazos otra vez. Mi esposa tiene 2 hijos ruidosos y mal agradecidos —creo que tendré una úlcera si sigo así— dije mientras bebía un café negro, mi secretaria entro en el despacho con más café.
— Señor, si me permite decirle, hoy es 14 de agosto — dijo mi secretaria mientras servia más café
— ¿Algo importante?
— Claro señor, el cumpleaños de sus hijos
— Cierto ya lo había olvidado — dije mientras firmaba papeles
— ¿Mandara algo este año?
— ... No, ya puedes retirarte
— Con permiso — Seguí mi trabajo hasta tarde.Ángel el mayor y Abel la menor, creo que cuando deje a mi ex estaba embarazada, llevo 5 años sin visitarlos aunque realmente ellos ya no me importan desde hace mucho. Falta poco para la media noche, estoy sentado a solas en mi despacho, leyendo un largo informe, se cuela en mi cerebro y me deja aun mas exhausto, quiero borrar los recuerdos de una larga, agotadora y difícil semana, por alguna razón mis ojos se están nublando y mi vista se esta apagando quiero levantarme pero estoy cansado, mis dedos no responden, cuanto mas empeño pongo en intentar ver la letras del informe mas confusas son las palabras en mi cabeza ¿Esta será la muerte llamando a mi puerta? quizás sea demasiado bueno para mi algo así.
Realmente quiero descansar.
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Llévame a cualquier parte - K.S
Historia CortaLa historia de un hombre y su pequeña hija durante el camino de la vida, ella esta tocando a su puerta, con su vestido tan blanco como el cielo, su mochila tan roja como las camelias, una sonrisa como el sol y una mirada fría como el hielo ¿Tu la ab...