Un nuevo comienzo

62 4 0
                                    

Soy Xanat tengo 14 años, hoy me mudé a California, Estados Unidos; he decidido hacer un diario porque sé que mi vida cambiará, antes vivía en Indiana, sí, son muchos kilómetros de distancia pero ahora así será mi nuevo comienzo en California, hoy llegamos a la nueva casa, todo era tan raro, tan diferente, es cierto, tenía miedo, y, ¿miedo a qué? A este nuevo comienzo, no sabía que pasaría, el mudarme implicaba una nueva escuela y, por tanto, nuevos amigos, nuevos maestros, todo era nuevo. Pero, ya en casa, fui a mi cuarto, estaba muy grande, todas mis cosas estaban desacomodadas, entonces, me senté en mi cama, y, empecé a pensar qué era lo que iba a pasar, cómo esto afectaría mi vida; en eso escuche a mi madre gritándome para que bajara a cenar, entonces baje. Ahí estaba mi hermana Fernanda, la única que tengo, ella tiene 17 años y no me llevo mucho con ella, de hecho, ella es mi media hermana, somos hijas de la misma madre pero no del mismo padre.
Mi padre no estaba ahí, él había engañado a mi mamá antes de que yo naciera, de hecho no lo conozco. Tampoco el padre de mi hermana esta aquí porque él había engañado también a mi madre antes de que mi hermana naciera, eso pasó antes de que mi madre conociera a mi padre, en fin. Mi madre es una persona que a pesar de todo lo que ha sufrido es feliz con nosotras.
Las tres juntas cenamos cosa que casi nunca hacíamos pero hoy lo hicimos.
-Me puedo ir- dije
-¡No! Quédate un poco más mi amor- mi madre contestó
Entonces me quede un poco más como mi madre me lo indicó, al parecer todo esto había empezado "bien". Subí a mi habitación, me acosté en mi cama, y pensé en todo lo que me esperaba el siguiente día, ya que, debía ir a la escuela.
Me levanté, debía estar lista para lo que me esperaba, tenía miedo, pero debía de ir, entonces, desayuné un poco y me fui rumbo a la escuela, California era muy distinta a lo que yo me imaginaba, era bonita pero a la vez algo extraña. Llegué a la escuela, observando todo mi entorno, mis compañeros, así que busqué mi salón, fue complicado encontrarlo ya que mi escuela era muy grande, pero al final encontré el salón al que debía ir, al llegar, todos me vieron de una manera bastante extraña, me daba algo de miedo ver que las personas me veían así, como si fuera una persona rara, pero a la vez era normal, porque yo era nueva.
Empezó la clase, yo solo observaba a cada uno de mis compañeros, y pensaba "se ve buena persona", "tal vez sea mi amiga", "se ve algo odiosa"; todas esas eran las cosas que pasaban por mi cabeza, mientras el profesor hablaba y hablaba yo observaba bien a mis compañeros.
Ya en el receso empecé a hablarle a algunos de mis compañeros, ellos me rechazaban, en especial uno:
-¿Y tú? ¿Quién eres? Esta escuela no es para ti, ¡vete!- me dijo descaradamente
-Pe...pe...pero- yo tartamudeé, no me salieron más palabras de la boca
-Pe...pe...jajajaja, niña tonta mejor vete con tus amiguitos retrasados.
Mejor deje de discutir y me fui, en eso choque con una niña, su nombre era Johana:
-Disculpa- le dije con la mirada baja por lo que me había pasado anteriormente
-No importa, ¡Hola! ¡Soy Johana! ¿Cómo te llamas?
-Me llamo Xanat, soy nueva- yo solo le sonreí levemente
-¡Yo también soy nueva!, podemos ser amigas, claro si es que tú quieres- ella muy alegremente me contestó.
Entonces desde ese momento fuimos amigas, a mí me bastaba con al menos conocer a una persona que fuera mi amiga, era genial, al parecer, con eso, mi día no estuvo tan mal.
Ya al llegar a casa iba muy feliz, y le conté a mi madre todo lo que pasaba, pero al parecer algo no iba bien, ella, estaba llorando...

El violín de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora