Capítulo 3: Las pistas

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-Tenemos que ir Allí!
Exclamó Alexander con entusiasmo.
-Si, tiene razón, puede que encontremos alguna pista.
Asintió Eddie.
-Como podemos llegar?
-Mi padre tiene una carroza y un caballo veloz y fuerte.
Un poco más tarde, después de un viaje de unas 15 horas ( con descansos y paradas), Alexander y Eddie ya se encontraban en la mansión Wesvern. Una construcción verdaderamente imponente. Debía de tener unos 2000 metros cuadrados. De hecho era tan grande, que, de hecho, no era una mansión, era más bien un castillo. Habían salido incluso de california para llegar allí. Se encontraban en Arizona. No tenía el aspecto de un castillo americano. (Que muy pocos existen, por cierto)La familia, era escocesa y había pedido que fuera de ese estilo, estilo escocés. Tenía una bandera arriba. Pese a la propia procedencia de Alexander, no lograba reconocer de donde era. Puede que fuera una región en concreto. Pero eso no és lo importante.
-Estoy dispuesto a entrar ya.
-Muy bien, entremos.
La puerta estaba abierta. Se dispuesieron a adentrarse más. Habían demasiados pasillos. Tardarían horas en encontrar los cadáveres.
-Separemonos. Dijo Alexander.
-Y si encontramos algo?
-El castillo está lleno de tuberías para que se distribuya el aire. Si encontramos algo gritamos por las tuberías y el sonido llegara a todas las salidas de aire, y hay una cada 10 metros así que lo más probable es que nos oigamos el uno al otro.
Al cabo de un rato se escuchó una voz por las tuberías.
-Edieeeeee!!!!

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2015 ⏰

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