Aquí estaba yo, junto a Lissa y Dory, contemplando nuestro nuevo hogar. Por fin habíamos obtenido el permiso de nuestros padres para mudarnos lejos de casa, y cerca de la escuela. Había sido complicado el convencer a nuestra madre, Dory era mi hermana menor, y no la culpaba. Yo tenia un historial bastante divertido con respecto a mi vida, tanto así que había dejado la escuela dos años, y ahora volvía a ella. Lo cual explicaba que tuviera 20 años, casi 21, y estuviera cursando el segundo año de universidad.
El trato había sido "Viaja todo un año, y si aun así quieres vivir lejos, adelante" y bueno, el año había pasado y yo deseaba mudarme.
No me malentiendan, amaba vivir con mi mamá, amaba el calor que emanaba mi hogar pero también admito que quería volar, tenía ganas de vivir la universidad como nos las muestran en las películas, diversion, fiestas, alcohol, chicos... Y quería tiempo.
Durante mi primer año mi rutina era: Escuela-Casa, no tenía ni un minuto de sobra para quedarme a platicar con mis amigos, y estaba harta, estaba cansada de no poder quedarme en las tardes a jugar, a cantar o simplemente a platicar con mis amigos como lo hacían los demás. Había visto lo mucho que se divertían los demás al juntarse en "Los Pastos" que era el punto de reunión de mis amigos. Cam y Francis se habían mudado hace tiempo a los alrededores de la escuela, por lo que pasaban la mayor parte del tiempo en Los pastos, o juntos en casa de Francis, quien vivía a dos minutos de la escuela.
Y ahora podía unirme a ellos.
Hace un mes habíamos venido a buscar un pequeño cuarto para dos, Dory y yo, pero la mayoría solo aceptaba una persona por cuarto o eran en exceso caros, también estaba el impedimento de no conocer bien la zona, por lo que ubicar los lugares donde los estudiantes rentaban, era una tarea difícil. Y en una de las tantas vueltas que dimos estando perdidas, nos encontramos unos departamentos.
Recuerdo que había un muchacho frente a la casa lavando su carro, quien nos indicó, con una sonrisa radiante, el camino hacia lo departamentos. Y nos encantaron.
Había cuatro departamentos en ese lugar, del cuál tres estaban ocupados y había uno disponible, como esperando por nosotras; era un lugar grande con tres habitaciones enormes, una donde estaba destinada como recámara, enorme, con ventanales y un ropero ya incrustado en la pared, la otra como sala-comedor era sumamente grande y también era donde estaba la puerta de la entrada y la ultima una cocina con repisas, tarja, y estufa incluida. También nos había gustado el hecho de que cada departamento tenía su baño propio, y el nuestro era enorme, con la entrada en la cocina y de un color rosa.
Mi hermana había quedado fascinada con el depa y con el muchacho, cabe mencionar que los departamentos estaban a un costado de la casa de nuestra casera, el muchacho era su nieto y su nombre era Gerard. Así que ese mismo día hicimos trato.
El departamento tenía todos los servicios y una enorme ventaja, era para tres personas, por lo que decidimos traer a Lissa con nosotras. Lissa era una amiga de hace años, jugaba con nuestro equipo de Volley cada domingo y nos conocíamos de muchos años. Dory y Lissa eran estudiantes de primer año, o más bien, apenas entrarían a la universidad y por buena suerte, habíamos quedado en el mismo plantel.
Y ahora viviriamos juntas en un estado que estaba a dos horas de nuestro hogar.Pero no todo es color de rosa siempre. Un mes después de nuestra llegada al depa, Dory nos abandonó. Al parecer no era la carrera que ella esperaba e iba a dejar la universidad por un año. Lissa y yo nos quedamos tristes, Lissa y Dory eran buenas amigas puesto que compartían la misma edad, y lo único que tenia yo en común con Lissa eran los libros. Además estaba el hecho de nuestros horarios, yo estudiaba en la mañana y Lissa por la tarde, así que mientras yo estudiaba, Lissa estaba sola en el depa y viceversa. Así que empecé a perder mi tiempo en la escuela.
Cam era un guitarrista excelente y ¡Hombre! Sabía cantar. Así que cada tarde, después de la escuela, todos nos quedábamos a cantar. Suena infantil viniendo de unos universitarios pero, era realmente divertido y desestresante. Además que eramos muchos y nuestras voces juntas formaban una canción melodiosa y llena de muchos sentimientos.
Nuestro grupo de amigos había crecido mucho, ahora se conformaba por los 4 Cortesanos (Cam y sus 3 amigos) Las nenas (Leila y sus 4 amigas) Dante y Rich, Helen quien estaba enamorada de Cam, y nosotras 5. Todos reunidos siempre en el pasto. Aunque principalmente solíamos cantar, también nos reuníamos para jugar Tochito o Fútbol y lo divertido de esto es que casi todos jugaban. Los hombres siempre estaban dispuestos así como Alex, Tinny y yo. Alex era buena en fútbol, mientras que Tinny y yo solíamos caer o patear a alguien por accidente, ganandonos el apodo de "Hermanas Karioto" aunque de las dos no se hacia una. Pero cuando jugábamos tocho... Era otra historia, Tinny era muy rápida y escurridiza mientras que yo era buena bloqueando a los hombres, y con justa razón, ellos no podían ser bruscos con una mujer. Era tan bueno el momento de tocho que en cierta ocasión Rich se dislocó el hombro, Tinny casi se rompe el brazo y yo acabe con un ojo morado. Esa era nuestra definición de un buen juego. Incluso una vez acabe con dos huesos dislocados gracias a Dan, un chavo que se nos unió mas tarde.
Debido a mi nueva residencia, yo contaba con tiempo de sobra para quedarme con los chicos, aunque muchos no podían puesto que vivían a dos o más horas de viaje.
No tarde mucho en volverme Una de los chicos, que básicamente era ser parte del grupo de Cam.
Me gane la entrada a su mundo, ibamos a comer o tomar en casa de Francis, saliamos a tomar con Doña Panda y algunas otras muchas veces nos quedábamos en el pasto hasta que ya no había luz solar en la escuela.
Ellos me contaban cosas de chicos e incluso solía deleitarme con ellos cuando una chica bien dotada pasaba frente a nosotros; había veces en que incluso se les olvidaba que era una mujer y hacían comentarios extraños frente a mi.
.- Tu problema, Ally, es que eres demasiado inocente e ingenua a tu edad-. Dijo una vez Rick.
.- ¡No soy ingenua!-. Fue mi contestación. A lo que todos comenzaron a reírse.
.- Lo eres, te he albureado toda la tarde y no has captado ni uno de mis albures-. Respondió.
A lo que le di un golpe en el hombro.
.- Idiota-. Respondió Cam.
Cam solía defenderme de sus amigos, pero no por eso eran menos ciertas sus palabras.
Todos sabíamos que las palabras Ingenua e Inocente, no se referían a mi vulnerabilidad hacia los albures o cosas con doble sentido, si no más bien, a que aún era virgen, y todos ellos no.
Mony, Tinny y yo eramos las únicas vírgenes que había en nuestro grupo, y se notaba cuando Los cortesanos hablaban de sexo y nosotras nos poníamos tan o más rojas que los tomates. Y aunque no lo negábamos, era incómodo hablar de ello.
¿Por qué? Porque siempre que tocábamos el tema, alguno de ellos respondía con ¿No quieres dejar de serlo? Te va a doler pero terminará gustandote. No gracias.Y entonces ellos se dieron a la tarea de adiestrarme en el arte del sexo y sus derivados, me daban La Charla cada tarde cuando los demás se habían ido. Y francamente, tener a 3 idiotas explicándote del tema, era mi parte divertida del día.
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Apuesta con el corazón.
RomanceLeí una vez, la historia de un Leon que se había enamorado de una oveja. Escuche decir también, que él era un masoquista irremediable, y ella una estúpida insufrible. Pero esta es la historia de un borreguito y un tigre... Borreguito: Dócil, Tierno...