_ Aló? Quién habla? - preguntó Ivette mientras Maru y Don Juan dejaban de hacer movimiento para escuchar - Mort? No puedo creerlo! Tanto tiempo! Cómo has estado? - preguntó Ivette muy emocionada.
_ Mort? - preguntaron en unísono Don Juan y Maru hasta que el primero recordó - Mort? El loco? - le murmuró Don Juan a Ivette y ella asintió.
_ El Loco? - preguntó Maru confundida.
_ Ivette y yo estudiamos con él, era algo raro, solía escribir unas historias de suspenso que Ivette adoraba. El hombre tenía doble personalidad, no sé si habrá cambiado - dijo Don Juan de Marco y Maru solo atinaba a mirarlo para luego voltear a ver a Ivette.
_ Perfecto! Conozco el restaurante. Nos vemos, cuídate - dijo Ivette antes de colgar el teléfono.
_ Te verás con él? - preguntó confundido Don Juan de Marco.
_ Claro que sí. Saldremos a comer y luego lo invitaré aquí, hace mucho que no lo ves - dijo Ivette caminando rumbo a su habitación para cambiarse.
_ A no querida! Aquí no meterás a ningún loco - dijo Maru caminando tras ella.
_ Cómo que no? - preguntó Ivette volteando a verla.
_ Ese tipo está loco, no quiero a un loco en casa - dijo Maru mientras Ivette volteaba a ver a Don Juan de Marco que caminaba sigiloso a la salida.
_ Señor de Marco! - gritó Ivette deteniendo abruptamente a Don Juan que volteaba a verla nervioso - Le dijiste que estaba loco? Tú y yo sabemos que no estaba loco! - gritó Ivette dirigiéndose a Don Juan que iba retrocediendo poco a poco.
_ Solo fue algo que se me escapó, no es para tanto - dijo Don Juan de Marco sonriendo.
_ Pero lo dijiste! Y si lo dijiste, por algo debe ser - dijo Maru.
_ Bueno! No sé que harás, pero le sacas de la cabeza a Maru, el que Mort está loco, ok? - le dijo Ivette a Don Juan de Marco.
_ Pero ya sabes como es esta mujer - dijo Don Juan de Marco en tono de súplica a Ivette.
_ Lo que hagas no me importa, solo le cambias el concepto de Mort! - gritó Ivette para luego azotar la puerta de su habitación.
_ Tú y yo haremos algo, sí? Solo deja que entre aquí y quedamos bien los dos - dijo Don Juan de Marco acercándose a Maru que lo miraba extrañada.
_ Pero no quiero que entre! - dijo Maru.
_ Lo sé. Es un favor lo que te pido, no quiero quedar mal con Zitta - dijo Don Juan de Marco.
_ Y qué me darás a cambio? - preguntó Maru mientras los ojos le brillaban de tan solo pensar en la gratificación.
_ Solo pídelo, estoy sometido a tus órdenes - dijo Don Juan de Marco acariciando el rostro de Maru insinuándole algo más.
_ No querido, ni lo pienses - dijo Maru apartándose de él rápidamente - Solo necesito que me consigas una cita con aquel tipo - dijo Maru señalando la ventana que daba directa a uno de los departamentos del edificio del frente, donde vivía un tipo muy extraño.
_ Claro que no, no pienso exponer a una dama a tal hombre donde la caballerosidad brilla por su ausencia - dijo Don Juan de Marco caminando en dirección a la puerta.
_ No hables si no sabes! No lo conoces! - dijo Maru.
_ Y no tengo el deseo de hacerlo tampoco. Su aspecto dice mucho de él - dijo Don Juan de Marco cerrando la puerta del departamento. Maru corrió y la abrió nuevamente.
_ Entonces olvídate del trato! - gritó ella - Ustedes y su loco no entran aquí - seguía gritando ella tan solo para desahogarse pues Don Juan de Marco ya no estaba allí.
_ Emm te sucede algo? - preguntó Mica confundida al ver a Maru gritando como histérica.
_ No! Claro que no! Suelo gritar así en el pasadizo, adoro escuchar el eco de mi voz - dijo Maru sonriendo para disimular su histeria - Y esas flores? Son para ti? - preguntó Maru curiosa acercándose a Mica que llevaba el arreglo en sus brazos.
_ Pues no dice para quien es, no hay tarjeta ni nada, quizás se equivocaron - dijo Mica mientras buscaba algo que le diera razón para quien iba las flores y de parte de quien.
_ Quizás te las mandó Don Juan - dijo Maru guiñándole un ojo a Mica - No te dejará hasta que caigas - agregó ella.
_ Qué quieres decir con eso? - preguntó Mica extrañada.