A mi abuela quien desde el cielo me cuida...
Su rostro cambio desde aquel día lluvioso en el que la mitad de su alma se quedó en ese frío cementerio, el cielo reflejaba tristeza y su alma gritaba que todo era una cruel mentira, una pesadilla, un mal sueño que al clic de unos dedos se iría, no quería aceptar que no la volvería a ver más.
Desde ese día sus ojos cambiaron ya no había más alegría en ellos, el destello que un día le dio brillo a sus ojos se había apagado, sus venas se volvieron frías, su sangre se escarcho, su respiración no era la misma sólo deseaba no sentir más, sólo la quería ver de nuevo, sólo quería abrazarla una vez más y escuchar su dulce voz, ver destellar sus ojos, los ojos que nunca olvidaría porque sobre ese frío féretro él le prometió que la amaría para toda su vida, hasta que la muerte los una de nuevo.
