Locked Away

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Desde ese día... Seguimos juntos, sigues presente en mi vida... Pero al mismo tiempo no... Ambos sabemos que no somos, ninguno de los dos, ni siquiera una pizca de lo que solíamos ser... Ninguno... Volvería a ser el de antes...

-Pienso ésto al ver una fotografía tuya, y miles de recuerdos se agolpaban en mi mente.- Lo entendí por fin conscientemente... Era sencillo... Jamás regresarías... - con un deje de tristeza coloco tu foto donde estaba, miro a mi alrededor en mi habitación, y dentro de esas cuatro paredes... Me doy cuenta que me he pasado ya un año...

Un año esperando que algo cambiara, un año estando constantemente entre los límites del enamoramiento y desenamoramiento... Honestamente creí que sería igual contigo como con todos, sólo que tú, te quedarías como mi primer amor, mi amor platónico aquél que logró colarse en este frío corazón y brindarle un poco de calor e ilusión, pero me equivoqué, quise convertirte en realidad... Y nos destruí... Todo lo que éramos.... Me destruí un poco creyendo que éso era lo que faltaba para ser feliz a tu lado..., dejarte pasar mis murallas... Jamás te recuperaría, aunque dijimos que nuestra amistad no cambiaría... Lo hizo, y no para bien...

-Mientras tomo mi chaqueta y las llaves de mi moto- Decido que ya es tiempo, aunque me duela el corazón, es hora. Hora de dejarte partir, hora de salir de mi encierro auto impuesto, hora de salir y buscar a alguien para mí, alguien que sí quiera estar conmigo, por más difícil que ello pudiese representar, alguien que de verdad me ame, me lo merezco al menos una vez siquiera, al menos éso creo. Así que gracias, gracias por todo. - Al cerrar la puerta le doy una última vista a mi hogar, que irónicamente, se convirtió en mi propia cárcel; el clima es bastante agradable, es un bello atardecer, con todas sus tonalidades naranjas, rosas, violáceas, que dan paso poco a poco a un firmamento de tonos negros azulados repleto de estrellas y luna llena. El viento por su parte, es cálido, un tanto caliente por el atardecer y un tanto frío por el anochecer. Alzo mi vista, mientras siento una delicada brisa acariciar mi rostro, secando esos rastros de lágrimas rebeldes que descendieron por él y en susurro me despido de ti, deseándote lo mejor del mundo. Me despido de todo, necesito salir de aquí y rehacer mi vida, sé que puedo, sólo... Tengo que alejarme-.

El sonido de rugir del motor, de la ciudad, de la naturaleza, son mi impulso y me perfilo hacia la carretera, donde el viento me lleve, hasta donde puede llegar.

ImpossibleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora