Younger.

Capitulo Seis.

Ya después de afrontar la verdad,fuimos a tomar un café Benjamín y yo,en el apartamento le dije todo,el supo entender,y me sorprendió que él también paso por lo mismo,eso me hizo sentir mas segura y en confianza.

Le dije todo,fui sincera con alguien una vez en la vida,y me sentí relajada,libre,ya no tenia esa peso en la espalda que no me dejaba en paz.

-Que piensas Frost?- dijo Benjamín sacándome de mis pensamientos.

-Nada, solo pienso,pienso en lo que acaba de pasar y pienso,en... Ti.

Él estaba demasiado apuesto y galán, me dijo que lo acompañará a su apartamento a cambiarse después de pasar por el pequeño problema en mi casa.

Tenia una camisa de blanca, con una chaqueta de color azul oscuro y un jeans oscuro con un par de converse clásicas.

Me enamoraba cada día más su manera de vestir,era el príncipe azul de mi cuento de hadas,no tenia palabras para describir lo hermoso que se veía.

-En mi?-mordió su labio inferior.

- Si en ti-solté una risita irónica, este hombre me volvía loco.

En ese momento no pensé en pesar mas nada y lo bese,lo bese,no me importo nada solo lo hice,el no hizo nada pero después de un segundo me siguió el beso,y fue algo demasiado hermoso, angelical casi el beso perfecto,fue subiendo de intensidad cuando dije que parará no quería empezar esto así,de esta manera,no no,esto no es Younger Frost.

- Te gustaría salir conmigo?,en una cita oficial?.

Que bello,me estaba proponiendo una cita,tienes que responder algo. Di algo Frost.

- Me encantaría caballero,seria un placer- actué como toda una damisela.

Besó mi mano,nos levantamos, salimos del local,y me hizo subir a su motocicleta, yo en realidad no quería,porque no era mi moto,me sentía incómoda,pero vamos el chico de mi vida me invita a sentarme en su nave,tengo que hacerlo verdad?.

Duramos diez minutos recorriendo Londres, no se a donde quería llevarme no hablo en todo el camino, solo volteaba a verme y reía, solo reía.

Y quien no,si esta chica estaba durmiendo plácidamente en la espalda de su novio, abrazada como una pereza a un árbol, que ridícula.

Llegamos, genial, me dispuse a bajar y cuando subí la vista y entonces me sorprendí tanto al ver eso,aquel lugar,era tan hermoso.

Sentí que hoy seria un gran día.

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