Llego la hora

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Y una noche más, una noche más en entre estas cuatro paredes. Estaba preparándome, tenía que acabar de ponerme las vendas. Me mire al espejo que había en esa habitación. Bueno, si a eso se le podía llamar espejo.
Casi no me reconozco, he cambiado mucho en estos últimos dos años desde que él me encontró. Me ayudo en uno de los peores momentos de mi vida. Él estaba metido en esto antes que yo, el me lo enseñó todo; se convirtió en mi entrenador y hermano mayor. Aún recuerdo la primera pelea y mi primera paliza entre las cuatro cuerdas de aquel pabellón abandonado. Con el tiempo y su ayuda fui mejorando, acabe siendo una de las luchadoras más temidas de aquel cuadrilátero.
Hoy por fin lucharía contra Sara o mejor conocida como Sara Pesadilla, contra ella fue mi primera vez y esta vez sería yo quien saliese victoriosa de este asqueroso lugar.

Me observe por última vez; tenia el pelo recogido en una trenza, llevaba la equiparación que Jay me regalo hace unos meses por mi cumpleaños. Me acabe fijando en mi muslo donde empezaba uno de los tatuajes que tenía, este subía hasta mi cadera; solo Jay sabía el significado de ese tatuaje.

Llamaron a la puerta, se abrió y en cuanto le vi no pude evitar sonreír.

- Elle ... Tendrías que estar ya lista

- Lo se, lo se... Pero que sepas que estoy lista solo estaba pensando

- ¿Y en qué pensabas? - no pude evitar sonreírle

- Pues en la primera vez que nos conocimos

- Eras una niña asustadiza Elle, me alegro de haberte encontrado

- Y tú parecías un grandullón enfadado con el mundo - no pude evitar ser infantil y sacarle la lengua como una niña de 5 años

Se empezó a reír. No había tanta diferencia de edad entre nosotros, él tenía 25 años y yo 20 pero en el fondo éramos iguales. Miro su reloj y me miró a mi, por esa mirada supe que ya era hora. Tocaba pelear.

A veces me da por escribirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora