Ya no me proteges..

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La sobredosis de poesía me engulle y se enaltece,

de haberte amado entre mis versos tantas veces,

quién diría que hoy solo queda melancolía y demasiado alcohol,

ya te enseñaría yo lo que es estar perdido cabrón.


Decías que me entendías pero ni siquiera me escuchabas,

si tanto me querías dime hoy donde estás,

ya no llenarás mis noches con tus pupilas,

me pongo otra copa y hasta la luna suspira.

Toca desamar e intentar olvidar,

volviendo al inexorable camino de andar perdido,

ahora que tus brazos ya no me acogen,

recoge la almohada lágrimas y algún pedazo de mí,

demasiado perdí dándolo todo por quien fingió quererme,

me encontraste perdido y ahora vuelvo a perderme.


No sé si puedo considerarte amiga,

después de tanto y ni me quieres ver,

mentiría diciendo que cada noche no te escribo llorando,

recordando cuando no te separabas un milímetro de mí,

y ahora te siento a millones de kilómetros lejos de este planeta.

Espero que me perdones por quererte demasiado,

nadie dio tanto por ti y aún así me has olvidado,

tan despiadado que no sé si te pesa la consciencia,

de haber pasado de quien te ofrecía más que su presencia.

Nunca fui un caballo alado, más bien un melómano bohemio que siempre quiso volar,

vuelve a mí con las alas que me diste y arrebataste,

volaste huyendo de mí,

alejándote más y más socavando mi mar de incomprensión.

Yo soy quien en París sólo encontró tristeza,

prepárate para sufrir otro de mis poemas,

aunque ya no espero ni que sientas pena,

no hay mayor condena que no sentirte entre mis sábanas,

entiendo que me rechaces sabiendo que siempre te necesitaría,

quizás no estás preparada para ser querida,

pero yo lo hice dejándome la piel,

y joder si duele querer.

Sentía en cada caricia que un día te irías,

me nublaba la vista y tú la despejabas,

me odiaba cuando te fallaba y tú tan sólo decías: 'tranquilo, no pasa nada',

rompía a llorar en silencio y te preguntabas porqué,

cuando en vez de sonreír por tenerte parecía que deseaba la muerte,

siempre quise lo mejor para ti aún excluyéndome a mí;

hoy ya no estás aquí, así que suerte..


Ojalá seas feliz y otro te dé lo que jamás podría ofrecerte,

quizás estaba tan muerto que ni tú me pudiste reanimar,

aunque fueron horas y horas evadiendo la realidad,

te quise más que a mí, aunque yo nunca me quise,

habría dado lo que fuese porque no fueras efímera.

Mera adversidad era el tiempo si tú edificabas barricadas,

protegiéndome del temor a tener que cuidarme solo,

pues cuando tú no lo hacías quedaba mi vida más que vacía.

Inundabas mi muerte de vida con un par de palabras,

obras de arte como tú, poesía, jamás podría imaginar,

sueños con tu nombre y la innombrable felicidad.

Yo nunca he querido ser el mejor,

pero intenté serlo para ti con todas mis fuerzas,

aun así te vi partir mientras me partías,

decías que era lo mejor para mí pero tan sólo tú lo eras,

a veces las ganas de morir superan a las de que vuelvas,

no sé si acabaré con la cuerda al cuello como tantos.

Mi locura es el noventa por ciento de mi cordura,

ahora toca mantenerme firme y no caer del todo en ella,

aunque ya caí en ti,

y esa es la locura más dura..






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