Mi mente estuvo dando vuelta por días, ¿qué pasaba en la cabeza de esa chica?¿qué le había echo yo para que se sintiera así de mal?
Escuché sonar el timbre de mi casa y corrí escaleras abajo, todavía no sé cómo, pero sabía que era ella.
Más cuando abrí la puerta, lo que vi no fue una muchacha, sino otra carta más.
"sigueme, Matthew" decía el papel blanco pegado en la puerta, y debajo había un mapa que llevaba a mi antigua escuela.
Una vez que llegué descubrí sobre los bancos un papelito azul en donde se leía "estás cerca", y me guiaba a la farmacia de la esquina.
En la entrada de la farmacia una señora amistosamente me dijo: -Hola Matthew, tiempo sin verte.
Cuando vio que la miré extrañado se limitó a concluir con un: -Lo siento, a veces lo olvido. Ella dijo que si quieres encontrarla debes ir al lugar en que el cielo llega a estar al alcance de la mano humana.
Y como la conocía, o al menos eso creía, supe descifrar que se refería a la playa, donde (me había contado en una de sus historias) le gustaba ir y sentir que podía tocar las nubes en el reflejo del mar.
Cuando por fin llegué a la playa municipal yacían, sobre el camino de rocas que desembocaba en el mar, mil y un cartas y papeles en línea recta.
Caminé desconfiado hacia la primera carta y me agaché para poder leerla.
"última historia", decía.
Y entonces entendí que ese día, finalmente, ella me contaría cuál era la razón tras su sonrisa falsa, y por qué mis notas siempre la hacían llorar.
di un paso hacia adelante y levanté la segunda nota, y así lo fui haciendo con todas y cada una de las que había.
"una chica"
Sonreí.
"un padre"
Fruncí el ceño.
"un grito"
¿Hacia donde iba esto?
"un golpe"
Oh no.
"una lágrima"
Mierda.
"un moretón"
Quise gritar.
"un chico"
¿Qué?
"una atracción"
¿A caso está hablando sobre nosotros?
"un beso" se leía en la siguiente nota, y tenía pegada una foto.
Éramos ella y yo, besándonos bajo un árbol de roble en medio de la ciudad.
"un amor"
Me dolía la cabeza.
"un salvador"
comencé a caminar más rápido, y arrancar las notas con furia y desesperación.
"mi salvador"
"mi Matthew" decía el papel y esta vez en la foto se veían nuestras manos entrelazadas sobre un banco rojo que tengo en mi patio.
"el padre" de nuevo, ¿por qué?
"otro golpe"
recuerdos de puños y peleas comenzaron a golpear fuerte en su cabeza, no entendía qué demonios estaba pasando.
"un accidente" levanté la nota despacio, y aun más despacio la imagen que la acompañaba.
era yo, en una camilla de hospital, con la cara destrozada y los puños sangrando.
"un silencio"
"maldito silencio"
"un problema"
"un doctor"
"una noticia" y esta vez lo que acompañaba la cartita era la página de un diario "Sebastian Benson es encarcelado por crímenes de violación contra su hija Sophie. Joven héroe local termina en el hospital por intentar salvarla de su violento padre y termina con contusiones fuertes. Probablemente nunca se recupere de esta extrema condición de amnesia y autismo que desarrolló debido a los golpes recibidos."
Comencé a llorar, muy muy fuerte, y ya casi no tenía fuerza para recoger los papeles que encontraba.
"una carta"
"de despedida"
"tú despedida"
"para mi"
"lo sabías"
"que ganaría"
"mi padre"
"te arriesgaste"
"por mi"
"peleaste duro"
"eres fuerte"
"gracias, Matthew"
"sé bien"
"no recuerdas"
"nuestro amor"
"pero yo"
"recordaré siempre"
"por ti"
Y junto a esa última nota descansaba un folio, y dentro del folio había cartas, más cartas, miles de cartas.
Y una especialmente larga sobresalía de entre todas; era la carta de la que Sophie habló. Mi carta de despedida.
La tomé entre mis temblorosas manos y la leí:
"Sophie, el día que te conocí me enamoré de ti.
Quizás incluso desde antes de conocerte ya estaba enamorado de ti.
Y desde el primer momento supe que estabas triste, y aunque me costó, finalmente descubrí por qué.
Quiero ayudarte, y sé que algo malo pasará.
Siento en mi pecho que no tengo la fuerza suficiente como para enfrentarme al sucio bastardo que es tu padre y salir ileso, pero no me importa.
Quiero ser tu héroe, Sophie.
Quiero pelear por ti.
Asique iré a salvarte.
No importa qué me pase, recuerda siempre las cartas que te enviaba.
Recuerda siempre que te quise.
Y que aunque la vida nos separe, yo siempre me volveré a enamorar de ti."
Todos los recuerdos se clavaban en mi mente como espadas.
Los recuerdos de la primera vez que, en una carta mojada, Sophie me había dicho lo que él le hacía.
La primera vez que la besé.
El día que, realmente, la conocí.
No era navidad, pero nevaba. Y ella se veía tan hermosa como siempre lo hizo.
Y era verdad lo que dije, me enamoré desde el primer momento que la vi.
Y luego, lo hice de nuevo.
Y lo volvería a hacer.
Lo volvería a hacer todo de nuevo.
Aun si me volviera a olvidar de todo lo repetiría de nuevo.
Y cuando levanté la cabeza, ella estaba allí.
Llevaba un último papel de carta pegado sobre su cabeza, con dos palabras escritas que ninguno de los dos nunca dijo, pero que siempre quisimos ahí.
Y el papel salió volando cuando la abracé fuerte y le dije, en voz alta y sin miedo, por primera vez en mi vida: -Y yo te amo a ti.
ESTÁS LEYENDO
"Cartas a Sophie" Concurso Onix.
Historia CortaDonde Matthew no habla con nadie excepto con los papeles en donde escribe, los lápices con los que dibuja, y Sophie.