Era un día normal con la misma monótona rutina de siempre, era jueves masomenos a eso de las 5:00 pm, hora en la que yo llegaba del colegio, nadie estaba en casa y dejaba mis cosas en el sofá. Había sido un día agotador y lo único que quería hacer era acostarme en mi cama y dormir. Entre en mi cuarto, apague las luces y me acosté. Habían unos sonidos extraños por toda la casa lo cual me preocupada pero estaba tan cansada que solo me concentre en dormir y no les di gran importancia. Mi mente trataba de borrar los sonidos extraños que provenían de la habitación de mi papá, la cual está al lado de la mía. Minutos después un grito algo macabro se escucho salir de la habitación de mi papá. Poco a poco el miedo aumento a tal punto de sentir que era real. Estaba tan cansada que intente dormirme pero mi mente no paraba de imaginar escenas sobre tal grito. Mis sentidos me decían ¡Ten cuidado! Cada minuto que pasaba sentía que las sabanas eran aun más pesadas cuando de pronto sentí que alguien tomaba mi pie de una manera brusca. Era una mano extremadamente fría, huesuda tanto que me lastimaba el tobillo. Grité pero eso no evito que la mano siguiera tomando mi pie, yo estaba inmóvil y paralizada. Prendí la luz con un movimiento ágil y pude su rostro, era una criatura extraña que con sus ojos demostraba un vacio enorme y una tristeza infinita, parecía una persona, una mujer específicamente o algo parecido, su cara estaba llena de sangre, sus dientes eran puntiagudos y su lengua era puntiaguda, algo similar a la de un reptil, su cuerpo estaba lleno de cicatrices y de pronto la criatura se desvaneció en el aire y yo caí.
Sin saber cómo desperté en m cama, pensé que había sido una pesadilla.
Mi día transcurrió normal y la rutina era la misma de siempre solo que como era viernes, salí con mi mejor amiga. Cuando llegue a mi casa eran las 11 pm y no había nadie, puse una película de comedia para así olvidarme de mis problemas y así fue, poco a poco me estaba quedando dormida pero de nuevo mis sentidos me gritaban ¡No duermas! Los ignore y esta vez deje la luz prendida y por fin me dormí. Era satisfactorio porque no tenía miedo y quede profunda pero de nuevo tuve una pesadilla: Era yo corriendo en un campo pero de repente deje de correr porque mis piernas no reaccionaban, escuche mi nombre y voltee mi cabeza y volví a ver a esa aterradora criatura. De nuevo estaba ahí y sentí como cogía mis hombros con sus manos huesudas pero esta vez pude ver bien y detallarla un poco más, parecía un esqueleto, era demasiado delgada y sus uñas eran largas que parecían cuchillos. De pronto me saludo y con una voz grave y una manera macabra me dijo su nombre, Ana y en ese momento se lanzo sobre mí. Desperté con frio, con taquicardia y con sed. Pude notar que las luces estaban apagadas, quería tomar agua así que me voltee y encontré otra vez esa criatura horrible frente a mí, esta vez tan cerca que pude sentir su olor a sangre y a descomposición, me volví a quedar paralizada y no podía gritar, ella sonrió y con esa horrible voz me dijo: ‘’!Te tengo, eres mía!’’
Fin.