2 Parte El Morbo y Él: Combinación explosiva y erótica: 1 Deseo:

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No podíamos evitar, sentirlo. Al mirarnos lo delataban fácilmente, en su mirada podía ver otra persona dominada por el deseo carnal, tantas cosas que quería hacerme, incluso yo soñaba con esos encuentros tan intensos, mis sueños eran morbosos, me despertaba excitada, con las ganas de tenerlo y que hiciera todo lo que el quisiera. Me parecía algo increíble como alguien como el llego a meterse hasta en mi mente, y dominar mis sentires.

Teníamos roces algo íntimos, nos excitábamos a tal punto que siempre estábamos a punto de quitarnos la ropa. Pero era yo quien lo detenía no era por miedo, confiaba en el, es solo que... yo era virgen; claro que yo hablaba de sexo sin ningún tabú, y todas esas cosas, pero el hecho de que supiera del tema no quería decir que lo pusiera en práctica, tenía mi intimidad como cualquier adolescente; para mi era algo muy importante mi primera vez, mi primer hombre, ese amor, y era el. Sabía que algún día iba pasar y sería suya o quizás no y el tendría que esperar.

El deseo nos dominaba, me besaba y me decía: "Algún día serás mía mujer hermosa, lo se, no sabes cuantas ganas tengo que tocarte y probar cada parte de tu cuerpo" esa palabras, con esa voz cargada de morbo, me producían un éxtasis inimaginable. Yo no podía responder, estaba sin palabras, el reconocía mi silencio, y luego decía con la misma voz grave y seductora: "Ese silencio tuyo me esta matando, se que también lo quieres pero tienes miedo, y entiendo, pero será algo que ambos disfrutaremos te lo prometo. Tu olor, tu piel, tus labios, tu cuerpo, toda tu eres tan perfecta, y yo quiero ser el primero en probarlo, ser tu primer hombre." Pegaba su nariz a mi cabello y olía mi esencia, me acariciaba mi cuello, su tacto era tentador para mi no podía resistirme ante sus manos, su boca junto a la mía saboreándola, su lengua tocando la mía calidad y suave me fascinaba, en cada encuentro era explosivo, cada día con más deseo del previsto, eran las ansias de estar juntos, algo inevitable.



Solo recuerdos, y mi odio...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora