Con las alas en llamas.

No sé si me gustas por loco o estoy loca porque me gustas.

Amores que no se han gemido contra una pared no son amores.

La mayoría de los hombres, buscan una mujer para domesticarla, porque les aterra una mujer indomable.

La amo demasiado como para no odiarla un poquito cada vez que se aleja.

Lo amo demasiado como para no odirarlo un poquito cada vez que se aleja.

Qué más da, que tu boca te traicione diciendo mi nombre, si se traiciona más al corazón por no darle lo que pide.

Si no era Amor, era vicio. Porque jamás una boca me hizo regresar tantas veces por un beso.

Te voy a amar por todos los hombres que no supieron valorar el tesoro de mujer que eres.

Separan más dos realidades que una sola distancia.

Los hombres inteligentes se enamoran de mujeres que se meten en su mente antes que en su cama.

La mujer se vuelve menos peligrosa después de hacerle el Amor. Por eso hay que hacérselo a diario.

Los hombres que valen la vida, dan lo más valioso que poseen, su tiempo y atención amorosa.

No me gustan los amores impuntuales, esos que llegan en los momentos menos oportunos y se van cuando más los necesitas.

Amores que se cansaron de esperar al bueno y se quedaron con aquel que no era tan malo.

Lo que siento por ti es más fuerte que el vicio, más intenso que la obsesión, más eterno que el capricho y más doloroso que el adiós, Amor.

Después de imaginarse haciendo el Amor, un hombre y una mujer ya no pueden echarse para atrás.

Los besos que más duelen, son los que se dan pensando en alguien más.

Le temo más a los secretos de una mujer que a su pasado.

A la distancia no sobreviven los más fuertes, sino los que tienen más imaginación.

Hay mujeres que llegan para nunca irse y estás tú, que llegaste para nunca dejarme ir.

A las mujeres inteligentes se les perdona todo, menos que sean aburridas en la cama.

A los hombres inteligentes se les perdona todo, menos que sean aburridos en la cama.

Si me preguntan por qué fue que seguí contigo, diré que porque era imposible seguir sin ti.

Eres subversiva, descarada y adictiva, tan parecida a una canción de Sabina.

A las mujeres no se les pide permiso, se les pagan las consecuencias.

De todas las armas de mujer, el silencio es el que me hace temblar más.

El problema no es dar Amor, sino todo lo demás que hay que dar para que no se muera.

A una mujer no se le cela, se le mantiene enamorada para que siempre te vea como el único hombre sobre la tierra.

Están los que se alejan para recuperar la razón, aunque se les haga trizas el corazón en el camino.

A una mujer hay que amarla despacito para notar el punto exacto en que se convierte en la mujer de tu vida.

He dicho muchas veces adiós y aun no aprendo a quitarle el sabor amargo de lo definitivo y el aroma a nostalgia de lo que ya se acabó.

Cuando una mujer nos interesa, los hombres hacemos, perdemos o robamos el tiempo necesario para regalárselo a ella.