POV'S LAUREN
Luego de que finalizara aquella entrevista, me sentía completamente confundida. No supe si había logrado mi objetivo de disimular ante las cámaras la rabia que crecía a cada momento dentro de mí, que aumentaba con cada una de las palabras que se le ocurrió decir. Sabía que de alguna forma no tenía el menor derecho para hacerle una escena, pero no podía lograr tranquilizarme; sentía como mi sangre estaba hirviendo, cómo mi pulso se aceleraba conforme procesaba lo que estaba escuchando. Ella había dicho que alguien le gustó. Alguien que no era yo. En el fondo, yo estaba consciente de que son cosas que a veces simplemente "tenemos qué decir", pero fue tan jodidamente natural la forma en que lo comentó, que por un momento lo pensé real. Se sintió como un balde de agua fría cayendo por toda mi espalda. Y fue en ese momento cuando tuve miedo: ¿Y si ese alguien sí existía?... ¿Y si en verdad tuvo la atención de aquellos ojos color chocolate, aunque sea por un momento?...Me enfermaba pensar que alguien le aceleraba el corazón de la misma forma que ella hacía con el mío cada vez que mordía su labio inferior.
¿Qué sería de mí si en algún momento la perdiera? ¿Cómo podría tener ganas de levantarme cada mañana sin tener la certeza de que escucharé su risa contagiosa e infantil por algún rincón del autobús, el estudio, los camerinos o algún set donde grabemos alguna entrevista? ¿Qué sería de mí sin Camila Cabello?...
Como pude, tomé todo el aire que me fue posible, sabiendo que cuando estoy realmente molesta por algo suelo gritar o maldecir cosas sin sentido. En ese momento no era prudente. La tristeza se sentía en cada uno de mis movimientos, pero por otro lado, tuve un momento de tranquilidad al notar, por algunos de los gestos que hizo en plena entrevista, que ella estaba mintiendo; su mirada puesta en mí, provocándome, buscando mi reacción, fue la mejor y más grande pista de que esto le interesa también, de que no le soy indiferente. De que siente, con la misma intensidad que yo, las ganas de aceptar ante el resto del mundo que lo que sentimos la una por la otra podría comenzar un incendio en el mismo Polo Sur.
Luego de unos minutos a solas en el camerino de aquel lugar de grabación, decidí salir al lugar común donde seguramente estarían desde hacía un rato, pero solamente encontré a Dinah, quien estaba perdida dentro de la pantalla de su teléfono celular, como hacía siempre que teníamos un momento de descanso. Tomé aquello como una señal del destino, y me acerqué con el sigilo suficiente como para que nadie notara que estaba a punto de hacer una jugada maestra. Al llegar a Dinah, le hablé al oído, logrando que primero saltara por el susto que le dio mi acercamiento inesperado. Después, ella maldijo en idiomas que no conocí, y ya que se tranquilizó, me miró fijamente como preguntando en silencio "¿Qué es lo que quieres?".
- Me acerqué porque necesito que me hagas un favor- pedí en un tono que utilizaba en pocas ocasiones.
- Lo siento, Lauren, pero a mí no me gustan las mujeres- bromeó sin piedad, alejándose de mí como si le diera asco. Su interpretación fue tan buena que de no saber cómo es su sentido del humor, me hubiera ofendido bastante.
- No ha llegado el día en que despiertes con tanta suerte, Dinah Jane- seguí la broma, para luego guiñarle el ojo y plantarle un beso sobre la mejilla.
- Sabes que bromeo, Laurenzo- dijo divertida, pero inmediatamente cambió su mirada por una muy seria, casi como si hubiera visto un fantasma. Tuve miedo, pero nada se comparó al momento en el que fijé la vista en el sitio donde la de ella se encontraba: Camila estaba mirándonos con una cara de pocos amigos que le había visto algunas veces, especialmente en las ocasiones en las que se ponía celosa por alguna razón. Pasé saliva, no sólo por su gesto, sino porque pude notar lo espectacular que se veía bajo el atuendo negro que había elegido para ese día.
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El chico español (One Shot)
Fiksi PenggemarA veces hay que mentir para proteger lo que más queremos... NO SE PERMITEN ADAPTACIONES/MODIFICACIONES/COPIAS