En tu casa

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-No, ¿cómo cree? solo seré una carga para usted. Ella sonrió

-yo siempre he querido una hija, Anthony y Samuel solo son un adolescente y un niño que no entienden a las mujeres. Sonreí ok eso si lo creo.

-De acuerdo, pero no estaré por mucho si no hasta que me sepa mantener yo sola sin necesidad. No era la primera vez que me fracturaba un hueso así que ya sabía manejarme, pero era pretexto para ir a casa de Anthony y verlo más de cerca y todos los días.

-ok, iré por tus cosas y te paso a buscar, tu habitación ya está lista apenas me entere hice todo lo necesario para que este a tu merced y tu muy cómoda. Yo abrí los ojos de golpe

-¿me hizo mi habitación? dije incrédulamente

-sí, saque a Anthony de su cuarto y lo mande con su hermano menor. Yo trague saliva, Anthony debe de odiarme.

-Oh está bien gracias. Dije agarrando mis dos manos. Salió del hospital rumbo a mi casa. Yo cerré los ojos y al abrirlos Anthony estaba parado delante de mí

-Esto es un sueño, hasta en mis sueños estas Mi ángel de la primavera. Dije queriendo agarrar su bello rostro angelical

-¿Elizabeth? dijo confundido - ¿te sientes bien?. Yo sacudí mi cabeza y entendí que no era un sueño y el había venido por mí. La cara me quedo roja y el solo se puso serio

-Oh, ¿Anthony estas aquí?. El me miro con cara obvia y dijo

-pues si no creo que sea tu dichoso Ángel de la primavera. Dijo enojado yo palidecí

Y me puse nerviosa ¿esta celoso?.

-Vamos tonta soñadora. Me ofendió me dijo tonta.

-tú, en serio dejaras que me suba a tu coche?. Dije parpadeando un montón de veces

-ni modos que te deje que manejes tu coche. Dijo molesto

-oh. Dije incomoda

-ahórrame el disgusto y no digas que vivirás un mes en mi casa ni a tus amigas más íntimas. Si supieras que no tengo amigas, dije mentalmente.

-está bien. Dije mientras el empujaba mi silla y al llegar a su auto me dijo

-¿puedes subir sola o quieres que te cargue?. Yo lo mire ilusionada pero no podría demostrar que me derretía por él y dije

- puedo sola. Asentí

Me agarre como pude y me pare con el pie bueno, el solo observaba mi poca habilidad. Viro los ojos y me agarro me puso entre sus brazos y me sentó de golpe en el asiento del copiloto.

-¡ERES TAN TONTA!. Dijo enojado yo aguante mis lágrimas, era la segunda vez que me hacía llorar, la primera fue en la primaria cuando por fin decidí decirle que me gustaba

~flashback~

Hoy me decidí, le diría a Anthony que me gusta. Estaba tan ilusionada.

Prepare mis cosas y al timbrar. Salí corriendo rumbo a su casa, él iba caminando con dos niñas a lado de el una era Melina y la otra Simoneth, ellas dos enamoradas de él, pero no más que yo

-Anthony, necesito hablar contigo. Él se detuvo y dio la vuelta.

-¿qué?

-¿puedes acercarte?

- no, si quieres decirme algo dímelo ahora mismo, delante de todos.

-Anthony, tú me gustas. Las dos empezaron a reír y yo palidecí

-¿y qué quieres que haga?. Dijo frio

-quiero que seas mi novio Anthony. Él se puso rígido y dijo

-¡NO, NO ME FIJARIA EN ALGUIEN COMO TÚ!. El mundo se me callo pero los sentimientos no, lleguen a mi casa y llore hasta quedarme dormida.

~fin de flashback~

-¿Y ahora por qué lloras?. Dijo confundido-¿por decir la verdad?. Yo sorbí mi nariz y el solo decidió callar.

El trayecto fue lento y en silencio.

Al llegar a su casa, su madre nos miró y noto la tención de el momento.

-¿por qué tienes los ojos hinchados?. Yo solo sonreí

- es que me quede dormida. Ella no se creyó mi cuento pero era mejor ignorarlo.

- bueno, aquí están tus muletas, tu cuarto está arriba, Anthony ayúdala a subir.

-Madre pero arriba solo hay dos cuartos.

-lo sé, ella ahora es dueña por un mes de tu cuarto. El me volteo a ver molesto y con cara de pocos amigos

-vamos Elizabeth. Me empujo la silla me dio las muletas y subí poco a poco al llegar a arriba el corrió a su cuarto, y dijo

-no me digas que... al llegar vi el cuarto más hermosa del mundo. Era rosa con una cama gigante y muchos osos y muñecas, un tocador, el armario más grande que el mío que ya tenía toda mi ropa escorada y una mesa en centro con muchas fotos mías. Y una nota que decía * para que te sientas más en casa*. Yo sonreí

-Elizabeth, eres una intrusa. Dijo enojado - me quieres quitar todo, mi madre y ahora mi cuarto. Salió y cerró la puerta muy fuerte, de la puerta callo una foto donde estábamos él y yo en la salida de la primaria. Su madre la había tomado.

Todo empezó con un besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora