"Before they turn the lights out (...) In the darkest night hour I'll search throught the crowd. Your face is all that I see"
halloween del dos mil trece, quince años.– Ahora te vestirás, saldrás de tu cama y traerás tu culo inquieto a esa fiesta —Decía mi amiga, mientras se levantaba y se maquillaba por décimo octava vez el eyeliner.
– No creo que sea bueno, me encuentro muy mal.
– No voy a dejar que sigas siendo una sin vida, así que te pones el puto disfraz y te vienes a beber conmigo Winnyfred. —Suspiré— Por favor.
Podría haberme negado, haberme quedado en la cama llorando y torturándome con tu recuerdo, pero no lo hice. Mi corazón —roto, calcinado y pisoteado por ti.— me decía que tenía que ir e intentar divertirme. Que esto no podía seguir así, que yo necesitaba despejarme y olvidarme. Creo que así fue como terminé con un corto vestido de diablo en una fiesta, el 31 octubre. En Halloween. Aquel día que había otorgado como "El doloroso día nuestro"
La fiesta era un pandemónium, adolescentes borrachos por aquí y por allí. Olor a sudor y drogas. La juventud se había transformado en una granada que disfrutaba matándose a si misma y yo me había convertido en parte de esa multitud. Me encantaba matarme cada día un poquito más pensando en ti, recordándote, dibujándote; era algo que dolía, me hacía muchísimo daño, pero a la vez me encantaba. Exactamente como tú.
La peor decisión que tomé ese día fue mirar a la ventana, mirar a unos ojos doloridos. Mirar la cara de un ángel que me había perseguido tantos Halloweens. Mirarte. Mirar y pensar que me mirabas. Era genial al principio, era genial pensar en que te habías dado cuenta de mi. Pero al final resultó doloroso porque no me mirabas. Por lo menos, no a mí; mirabas a una chica de rostro angelical, mirabas como besaba a un chico y como se frotaba contra él. Y yo te miré mientras corrías asustada, mientras le gritabas a tus amigos. Mientras tu corazón se rompía, como el mío se había roto el año pasado.
Ahora de solo recordar la escena siento dolor y dudas, ¿por qué? ¿por qué no corrí hacia ti? ¿por qué no te ayudé? ¿por qué te quería? ¿por qué me dolía verte rota, si tú me habías roto de la misma manera el Halloween pasado?
Cuando pasaron las horas me empezó a dar miedo estar sola, cuando todo el mundo tambaleándose drogados y borrachos se fueron. Cuando la casa se cerró y yo seguía en el mismo sitio, con corazón en mano. Mirando el rastro de lágrimas y dolor que dejaste tras la ventana. Pensando en que ojalá supieras de mi, de que yo podría —si me dejaras— curarte el daño que te habían hecho hoy.
— Winnyfred.
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halloween » lesbian
Short StoryCada 31 de octubre, cada Halloween: Lenna salía a hacer locuras con sus amigos. Cada 31 de octubre, cada Halloween: Winnyfred la veía. Cada Halloween los sentimientos volvían. [Serie Love Is Halloween;; 1]