Cap.8 Esperanzas.

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En una fría madrugada la volví a ver.

Estaba en la azotea como de costumbre pero ella no era la misma del mes pasado.

Ella deseaba seguir adelante, por más que doliera.

Ella quería vivir.

Estaba parada junto al barandal del balcón de la azotea. La observé.

Tenía sus ojos cerrados. Respiraba profundamente.
Se divisaba libre.
Estaba contenta.

Tenía esperanza...

Caminé hasta ella.
Me senté en la esquina del barandal, haciendo uso de mis conocimientos de equilibrista.

No se había percatado de mi existencia hasta que accidentalmente la rose al subir ahí.

Me miró y sonrió.

Y ahí estábamos.
Simplemente ella y yo contra el vacío de la vida.

Con esperanzas aún vivas.
Ella volvió a sonreírme. Tenía miedo de vivir y de morir. Se sentía sola y no ella, sino que su presencia no se podía percibir. Era un delgado espectro. Una delicada flor sin pétalo alguno. Un inmenso mar sin brillo. Una niña pérdida.

Y así eran sus días grises con pinceladas rojas.
Cada noche soñaba con ese abrazo muerto. Soñaba ella con la esperanza, con su libertad. Liberarse de ella misma. Ser feliz.

"¿Pero, qué es la felicidad"?

Sólo Recuerdame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora