Cap.15 (...)

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"Killa escúchame bien. Quédate con tu mamá en casa, yo buscaré a Rinn."

Corrí, agarré un par de chamarras, cerré mi apartamento y bajé deslizándome por los barandales.

Emprendí una carrera hasta el metro. A esta hora los camiones no circulan por aquí. Ya abordo pensaba en todas las posibilidades de que se encontrará en cierto lugar.

Los posibles sitios disminuían según pasaban los minutos.

Las puertas del vagón se abrieron, entró una suave brisa helada...

Rinn fue al muelle.

Dos paradas más y llegaba a la playa más cercana. La misma playa donde la traje anteriormente.

En mi mochila traía un poco de ropa que utilice para no enfermarme. Lo más probable es que Rinn siga con la bata del hospital.

Llego a mi  destino. Subo corriendo las escaleras para salir del metro. Volteo mi cabeza de un lado a otro frenéticamente.

Corro sin parar.
Avanzo hasta toparme contra  la inmensidad del ahora muy furioso océano.
Busco alguna sombra. Pero no veo nada... Tal vez Rinn decidió nadar un poco.

Desesperado busco debajo del muelle. Busco y no encuentro. Mi esperanza muere drásticamente. Talvez me equivoque. Tal vez Rinn ni siquiera contempló asistir a este concierto que brinda el choque del agua y los truenos con sus relámpagos.

No tenía fuerzas ya. Me dejé caer bruscamente en mis rodillas.

Sólo salió un grito desde mis entrañas.

      "¡¡¡Rinn!!!"







A unos metros de mí había una lámpara. Ahí se divisó una pesada sombra. Corrí hasta allá contra el frío viento y copos de nieve que cortaban ligeramente mi rostro. Sentía que mis lágrimas se congelaban antes de caer.

Llegué hasta Rinn abrazándola fuertemente. Estaba empapada. La tome en mis brazos y llevé a una tienda que realizaban actividades nocturnas, era una tienda que fomentaba la astronomía. Varias ocasiones había venido antes, así que me recibieron y llamaron a una ambulancia. También les pedí que llamaran a la madre de Rinn y Killa.  

Le ayudé a quitarse la bata y vistiéndola con la ropa que yo traía. Trate de no verla o tocarla indebidamente. Rinn temblaba exageradamente. Sus labios habían tornándose color azul y el único rubor se encontraba en sus pies y manos. Rinn no habla. Me prestaron una cobija y la envolví. Al ver que no venía la ayuda requerida le pedí su auto a uno de los muchachos que se encontraban conmigo. El aceptó, pero prefería manejar el.

Subimos los tres al auto y nos dirigíamos al hospital. Pero Rinn no necesitaba ir de nuevo ahí. Le dicte mi dirección y llegamos a mi edificio.

Agradecí al muchacho y extendí algo de dinero, el lo rechazó. Cargue a Rinn hasta la entrada de mi departamento, el muchacho me ayudó abriendo la puerta. Recosté a mi pequeña en mi cama. Salí y volví a agradecerle. El me abrazo y se marchó.

Llamé a Killa.
Me comenzó que su madre ya se había dormido. Le dije que Rinn estaba bien. Que sólo tenía un resfriado.
"Mañana estarás con ella."

"Duerme Killa, todo esta bien" y colgué.

¿Realmente todo esta bien?

Sólo Recuerdame.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora