La invitación

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No se habían hablado en toda la semana. A veces lo veía en línea pero no le escribía. Por Dios, tenía que darse su lugar, hacerse extrañar.
Pero sí tenía la inquietud de saber por qué él no le había escrito nada. Ni un "hola, como vas." Nada.
Aunque, ¿qué podía pedir? Apenas si se conocían.


Dos semanas sin saber de él. Ella estaba tan ocupada con las cosas de la universidad que no había ido al gimnasio. No lo había visto mas en la universidad, ni era capaz de escribirle.

Trató de no pensar más en aquel asunto. Ya deja de pensar en él, ¿qué te sucede? Se detuvo antes de subir por las escaleras, respiró profundo y siguió hasta llegar a su salón.

Se detuvo el tiempo.

Hablando por teléfono.

Sintió una presión en el pecho.

Calma. No lo has visto. Mejor sigue caminando.

- Qué bueno encontrarte. Ya me hacías falta.- Se acercó sin más ni más, cogiendola de improviso.

Ella no quería hablarle.

-¿Ah sí?¿Me has echado de menos? - inquirió sin hacer notar su "nerviosismo". No, no estaba realmemte nerviosa. Solo estaba ansiosa. No, tampoco estaba ansiosa. Deja de ser tan estúpida. Controlate.

- Sí. ¿Te parece vernos hoy al finalizar la jornada? Te esperaré en la salida a las doce.

- Claro. Me escribes cuando te desocupes y vemos - y vemos, repitió en su mente.

-Listo.- Y dio media vuelta hacia otro salón mientras ella lo seguía con la mirada.

Qué intrigante es este hombre. Me gusta.

Y siguió su rutina. No pensó en él en otro momento.

20Donde viven las historias. Descúbrelo ahora