El encuentro

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Una de esas tardes corrientes, entre clase y clase, lo volvió a ver. Y esta vez, sin pensarlo, caminó hasta él y simuló tropezarlo.
-Disculpa, he sido muy torpe. Dijo mientras acomodaba un mechón de pelo que le caía sobre la cara.
-No te preocupes. No ha habido ninguna molestia, tropezarse con alguien como tú es, mas bien, un gusto. La miró de pies a cabezas y le sonrió.
-Ningun tropiezo es agradable, creo...Mira que hasta he desorganizado un poco la manga de tu camisa. Y con delicadeza fue arreglando el pequeño desastre ocasionado.

Él la observaba detenidamente. Y ella lo percibía. Había logrado lo que quería.

- Por cierto, mi nombre es... - Y se vio interrumpida por una turba de muchachos primíparos. Pero él alcanzó a escucharla y le tomó la mano que ella había extendido muy cordialmente.

- Yo me llamo ... - Otra vez la turba de estudiantes pasó por su lado y ella alcanzó a leerle los labios, por apuro.

-Es un gusto conocerte.- Y la coquetería le brotaba por los poros. Lo miró fijamente a los ojos y le sonrió. Qué guapo está este tipo.

-Espero verte pronto, hermosa.
Le dijo hermosa... Ya hay algo a favor suyo. Ya sabe que hay atracción por parte de él también. Sería cuestión de tiempo y estrategia para hacerlo caer en sus redes.

Hizo que veía algo en su celular y él la miraba con algo de intriga.

-¿Podríamos hablar luego? - preguntó él sacando su celular también.

Ya ella había captado la intención del hombre pero se hizo la desentendida.

- ¿Cómo lo haremos? Si apenas te conozco por mi torpeza.

- Fácil. Toma, este es mi número. Cuando quieras, escribeme y así podremos estar en contacto.
Maravilloso. Lo logró. Lo lograron. Un paso más, y pronto estaría saliendo con él.

20Donde viven las historias. Descúbrelo ahora