DIA 3
A la mañana siguiente me levanté , me lave la cara y baje a desayunar a la cocina donde me encontré a Valentina con un traje y una taza de café.-Ultimamente estas muy perdida- le dije bromeando
-He estado en casa casi todo este tiempo, lo que pasa es que suelo estar trabajando en la planta baja de la casa la mayoría del tiempo- me contestó sonriente- Ahí tienes tu desayuno
-Muchas gracias- le dije mientras cogía el tazón de cereales
-Me tengo que ir, no friegues los platos , ya lo hago yo- me dijo mientras cogía un maletín en la entrada y se iba
Como la maniática de la limpieza que soy, friego los platos y arreglo la casa antes de irme a vestir. Me pongo un vestido largo estampado y un moño desenfadado . Meto mi bikini y mi toalla en la maleta y me voy sin averiguar si Jesús sigue en casa.
Entro a clase y me siento.
-¿Que es eso tan importante que hacías ayer que no podías salir con nosotros? - me dijo Zaira bromeando
-Perdonadme , pero estaba liada- les dije a las cuatro mientras sacaba la lengua
-Venga chicas, callaros- nos regañaba el profesor.
La clase pasa , aburrida pero pasa.
-¿No te habrás rajado no?- me dijo Jesús mientras me cogía del brazo
-Por supuesto que no- dije mientras me reía
Llegamos a la playa entre risas y bromas y me llama mucho la atención que la arena fuese blanca y el mar de un azul intenso.
-¿Donde ponemos las toallas?- le digo a Jesús mientras me pongo las gafas de sol
-Elige tu- me dijo él
-Ahí mismo- dije señalando a un sitio al que le daba el sol
Saque mi toalla morada y la coloqué encima de la arena, seguidamente me quité el largo vestido y cuando me lo quité del todo vi que Jesús me miraba perplejo de arriba a abajo
-Si ya me has visto , cuando me quitaste la toalla - le dije riéndome
-No te puede ver , saliste corriendo al baño- me dijo mientras se quitaba la camiseta . Cada músculo de su fibroso cuerpo se marcaba cuando se movía . Aparté la vista antes de que se diese cuenta de que le estaba mirando.
15 minutos después.
Se que lo que voy a hacer puede que sea un poco infantil pero si algo identifica mi personalidad es que me da igual si salgo perdiendo o ganando en mis decisiones. Me acerco a Jesús y le digo: