XXIV

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Sigo pensando en mi misma, en el dolor que me consume por dentro, puede que por esa razón todo lo que escribo sea deprimente, porque escuchar que no sirves una y otra vez no provoca felicidad extrema, claro que alguna que otra vez aparece algún rayo de luz esperanzador mencionado al azar en mis pensamientos, pero sin saber como, mi mente le da la vuelta y lo convierte en oscuro, como la noche más oscura del universo, donde no hay luna que alumbre el paisaje, donde las estrellas se apagan para ayudar al suicida a tomar la decisión.

En medio de la noche, ese suicida, lo hace, toma la decisión, y un destello de luz aparece en la cima de la montaña, observando la ciudad, con todos sus transeúntes tranquilos, sin percatarse que la chica triste y depresiva se ha esfumado entre la multitud, en la noche más oscura.


Diario de una suicida enamoradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora