CAPITULO- 1. La mudanza.

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Hoy, empieza una nueva etapa de mi vida.
Soy Sara y me voy a mudar, con mi padre y Ana, mi madrastra a una ciudad de la que no había oído hablar antes, con unos hermanastros insoportables y por si fuera poco ninguna de mis amigas podrá ayudarme esta vez.
Estoy solo ante el peligro, en mi nueva casa, compañeros, instituto, es decir, mi nueva vida.
Ya habíamos recogido todo, estábamos todos en el coche, hablando de lo mucho que hechariamos de menos nuestra ciudad. Todos menos yo que estaba sentada en unos de los asientos de detrás, al lado de Dani, mi hermanastro pequeño y como era habitual, volcada completamente en mi musica ya que era la única que me comprendía.
Al pasar la señal que indicaba que habíamos abandonado la ciudad, subí la musica a tope. Fue un acto reflejo, al recordar todos los buenos ratos que había pasado en aquel lugar y que ya nunca volvería a recuperar.
No pude evitar que se me escapara una lagrima, la que por desgracia llamo la atención de mi padre.
-¿te pasa algo?-
-¿que me va a pasar?- respondí algo enfadada.
No podía esconder mi ira, desde que mi madre murió, él había reconstruido su vida, por lo que no le culpo, pero me había dejado a mi en segundo plano. No contaba con mi opinión para nada y no se ha dado ni cuenta que yo aun no puedo olvidarla y dar ni dar un paso hacia delante sin pensar en ella.
-Se, que es duro pero encajaras perfectamente en nuestro nuevo hogar- intentó convencerme con expresión de culpabilidad.
No conteste a su intento de recuperar la relación que ambos sabemos que perdimos hace años. ¿nuestro hogar? No puede decir eso, eso lugar al que vamos nunca sera mi hogar.
El trayecto fue bastante tranquilo, algunas peleas por parte de los mellizos,Dani y Hugo, pero nada fuera de lo normal.
Por otra parte, me pareció raro que Diego estuviera callado y que no hubiera abierto la boca ya para decir alguna estupidez.
El era el mayor, aunque solo por unos meses, íbamos al mismo curso pero siempre se siente superior y no para de meterse conmigo.
Al llegar vi una casa unifamiliar preciosa, la casa de mis sueños, la que todo el mundo desea tener.
Paramos enfrente de aquella especie de pequeña mansión y por un momento pensé que era un sueño. Hasta que mi padre me pregunto.-¿te gusta?-
-bueno...no esta mal- era perfecta pero, aun estaba enfadada con el y el cabreo no se me iba a pasar así como así.
El sonrió por alguna extraña razón, sabia perfectamente que estaba mintiendo.
Subí a mi habitación y deje las maletas sobre mi mas que confortable cama.
Intente hablar con las chicas, pero ninguna estaba conectada al was y ni siquiera contestaban a mis llamadas.
Este sitio es un desastre, es tan aburrido...
Así que se me ocurrió hacer lo que siempre hago cuando no tengo nada que hacer, poner la musica a todo volumen y bailar y cantar como loca por todo la habitación.
Lo se, es muy típico en las películas de adolescentes, pero creo que a las actrices se les da mucho mejor que a mi, porque de repente escuche una risa casi susurrada.
Mire hacia la ventana, ¡Que vergüenza! Estaba abierta.
Volví a mirar hacia la ventana de al lado y una cabeza que estaba asomando, escondió apresuradamente su bonito pelo castaño.
No pude ver su cara pero juraría que era un chico y a juzgar por las sudaderas claramente visibles desde mi ventana que cuelgan de su armario esta entre los 15 y 20 años.
Seguí mirando como una tonta a ver si volvía a asomarse, pero no hubo suerte.
Tampoco le culpo... Con el numerito que he montado previamente es totalmente comprensible que piense que soy una loca.
Estuve un rato absorbida completamente en mis pensamientos hasta que oí la voz de Ana que me llamaba para que bajara a cenar.
Torne la mirad una vez mas hacia la ventana y cuando menos lo esperaba la ventana se cerró y se corrieron las cortinas.
Fue entonces cuando salí de mi trace y baje las escaleras a toda prisa, sin poder dejar de pensar en quién sería ese extraño vecino y sobre todo por qué misteriosa razón no podía dejar de pensar en él, siendo que ni siquiera lo conocía.

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