CAPITULO 11- Patinando entre celos.

77 11 13
                                    

Abro el mensaje con intriga.

-¿A qué hora?.-

-A las cinco.-

Es verdad, no recordaba que no le había mencionado la hora.

Voy a ser un poco capulla. Veo que está escribiendo, pero en lugar de quedarme despierta esperando a que envíe su was, apago la luz y desconecto por completo.

No tardo en quedarme dormida.

Al día siguiente, aguanto hasta la una de la tarde en la cama.

Entre que hago la cama y me decido a bajar al piso de abajo, se hace la hora de comer.

Durante el primer plato recuerdo el mensaje que Cristian me escribió anoche.

Así que termino el segundo lo más rápido que puedo, enciendo el móvil y entro en whatsapp.

-Estoy deseando que sea mañana.-

Vale, no puedo creer que por una vez, haya sido tierno conmigo.

Me siento un poco mal por haberle ignorado anoche.

Después de todo es la primera frase bonita que me dice.

No entiendo nada. Solo sé que vamos contra corriente, cuando él esta en plan borde yo quiero que esté de buen rollo y cuando yo paso de él, va y se pone tierno.

Con sinceridad, me gustaría que todos los días estuviera a buenas conmigo, pero tengo claro que eso nunca ocurrirá.

Así que no me queda otra que aguantarme, por mucho que me joda tener que ser yo la que se adapte a las condiciones.

Me doy una ducha antes de empezar a arreglarme.

No tengo ni idea de qué ponerme, pero opto por unas mallas negras y una sudadera gris.

Me pongo el abrigo, los guantes y una bufanda.

Me dirijo hacia la pista. Antes de llegar Sof me llama.

-Sara, ¿Estas en casa?.-

-No, estoy de camino a la pista.-

-Vale, voy para allá. Puede que llegue un poco tarde.-

-Tranquila, quedamos en la puerta.-

-Perfecto, nos vemos.-

Cuelgo y me fijo en la hora. Todavía son las cinco menos diez y yo ya estoy en la puerta.

Como no veo a nadie, donde hemos quedado, decido acercarme al escaparate de una tienda cercana.

Me peguo al cristal y mi vista se fija en un colgante con forma de corazón.

No es algo que se lleve mucho ni nada, pero mi madre siempre llevaba uno con mi foto y me trae buenos recuerdos.

-¿Eligiendo regalo de Navidad?-. Alguien me abraza por detrás.

No le veo la cara, pero por su voz sé perfectamente quien es.

Solo Cristian puede hacer que me sobresalte de esa manera con tan solo decir una palabra.

-Mas o menos.- Digo mientras me vuelvo hacia él.

Al darme la vuelta, me planta un pico en los labios.

Me quedo impactada de lo cariñoso que está hoy.

-Estamos aquí, parejita.- Grita Sofi lo más alto que puede.

Ya están todos esperando en la puerta para pagar las entradas.

Nos acercamos rápidamente.

Hay algo que no me cuadra, somos cinco, lo que significa que el misterioso ligue de Sof aun no ha aparecido.

Just YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora